Risas y cuchicheos en el juicio, ni un vestigio de culpabilidad entre los miembros de la Manada

El abogado de la Manada había comunicado a dos de sus defendidos antes de comenzar la sesión que habían sido condenados a 3 años y 3 meses de cárcel por un delito contra la intimidad en el caso de Pamplona
La tercera sesión del juicio contra la Manada por la agresión ocurrida el 1 de mayo de 2016 en Pozoblanco ha coincidido con la comunicación para dos de los acusados de que su pena por la violación grupal de Pamplona ha aumentado. Antonio Manuel Guerrero y Alfonso Cabezuelo han sido condenados a 3 años, 3 meses y el pago de una multa por un delito contra la intimidad de la víctima al grabar siete videos de la violación de Pamplona y tomar dos fotos.
Sin embargo, el comportamiento de los acusados deja ver que poco les importa este aumento de la pena. Risas y cuchicheos durante toda la sesión, que han llevado al juez, Luis Javier Santos, hasta un estado de crispación. Tanto es así que ha tenido que paralizar la sesión para reprender este comportamiento a los cuatro miembros de la manada que se encuentran en el banquillo por un delito que podría acarrear para ellos una nueva pena de siete años de cárcel.
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Su abogado, Agustín Martínez, se echaba las manos a la cabeza ante el comportamiento de sus defendidos en la sala. Sin embargo, a la salida del juicio se olvidaba de esta falta de respeto de los acusados al procedimiento y decía estar estupefacto por esta nueva condena hacia dos de sus defendidos. Justificaba que “absolutos criminales que han acabado con la vida de personas de forma absolutamente execrable van a tener una pena inferior”, refiriéndose a los hechos acaecidos el 7 de julio de 2016 en Pamplona. Una sentencia que dice respetar, ya que ha sido ratificada por el Tribunal Supremo, pero que insiste en comparar.
Y es que el ya famoso abogado de la Manada usa unos argumentos claramente cuestionables, como si otros casos tuviesen que servir de referencia para la pena de este o sentar jurisprudencia en delitos incompatibles por su propia naturaleza. Un letrado cuya defensa en el procedimiento de Pamplona fue que sus defendidos son “buenos hijos” y que ahora trata de echar por tierra la prueba principal en el juicio que tiene lugar en el Juzgado de lo Penal número 1 de Córdoba, los videos en los que se aprecia con pasmosa claridad como sus defendidos realizan tocamientos a una joven en contra de su voluntad, una joven que se encuentra en un estado de inconsciencia absoluta sobre lo que está ocurriendo.
Agustín Martínez decía que Antonio Manuel Guerrero y Alfonso Cabezuelo se encuentran cansados y perplejos ante esta nueva sentencia que añade a su pena 3 años y 3 meses más de prisión, una sentencia que recurrirán pero que ha sido unánime. Por lo que para el primero de ellos, la condena sería de 15 años por violación, 2 años por robo con intimidación y 3 años y 3 meses por vulnerar la intimidad de la víctima, un total de 20 años y tres meses por los hechos acaecidos en los San Fermines de 2016. Para el exmilitar la pena sería de 18 años y tres meses, ya que no fue condenado por robo con intimidación.
Durante la tercera jornada del juicio por el que a su pena se podrían sumar siete años no se ha notado ni cansancio por perplejidad. Se enfrentan a tres años de prisión por un delito de abusos sexuales hacia la joven y cuatro años más por otro delito contra la intimidad. Su abogado también ha reprochado que no se haya celebrado el juicio en el plazo legal, ya que han tenido lugar dos prórrogas, con una instrucción que ha calificado de “lentísima”, lo que según él, ha dado pie a que la denunciante interpusiese una denuncia por un delito contra la intimidad.
Una joven que denunció con posterioridad los hechos por el estado de inconsciencia en el que se encontraba cuando ocurrieron, unos hechos cuyos efectos para ella han sido devastadores, según una psicóloga y un médico forense cuyo testimonio se ha recogido durante el juicio. Señalaron que la víctima sufre "un trastorno reactivo de ansiedad" en cuya intensidad hay circunstancias que pueden estar relacionadas "con violencia sexual", por "una situación que atenta contra su intimidad y la exposición mediática pública".
Durante esta jornada ha tenido lugar la declaración de los agentes de la Policía Foral de Navarra, fueron los que encontraron las grabaciones de Pozoblanco en los móviles de los acusados. Las encontraron cuando investigaban la violación de Pamplona, una prueba que la defensa quiere invalidar precisamente por cómo se encontraron los videos. Sin embargo, los agentes han dejado claro que tenían autorización judicial para investigar teléfonos de los cuatro miembros del grupo de WhatsApp de 'La Manada'.
Uno de los agentes ha señalado que encontraron "una serie de vídeos con posibles abusos", algo que "se comunicó de forma inmediata al juez", quien le pidió que "hiciera gestiones para intentar de alguna forma identificar a la víctima y la ubicación", ya que "no sabemos dónde ha ocurrido y quién es la víctima". Otro de los agentes ha agregado que "fija bien la fecha" de los hechos y localiza la palabra Pozoblanco dos veces en los chat. Sobre la víctima ha declarado que durante las grabaciones se encuentra "como inerte, no tiene ningún tipo de reacción, no se sabe si está dormida o inconsciente, no hay movimiento corporal de la víctima".