Los síntomas ocultos de la covid persistente: el coronavirus destroza la vida de Alba, de 14 años

  • Alba y su familia se contagiaron con la covid19 en enero de 2021

  • Dos meses después del contagio, Alba seguía teniendo anticuerpos de la covid y fuertes dolores de cabeza y agotamiento

  • Su familia ha tenido que solicitar asistencia domiciliaria para que un profesor vaya a casa a darle clases

Las consecuencias de la covid-19 no distinguen entre adolescentes o adultos. La enfermedad deja importantes secuelas que se prolongan durante meses haciendo imposible volver a la normalidad. Adolescentes como Alba, estudiante de 3º de la ESO en un instituto valenciano sufren para seguir el ritmo de sus compañeros y los dolores de cabeza y el cansanciodolores de cabezacansancio les impiden asistir a las clases. Por eso, un grupo de madres y padres se han unido para reclamar la atención de la Administración y lograr ayudas para que sus hijos no pierdan su futuro.

La madre de Alba cuenta cómo el cansancio y el dolor de cabeza impiden a su hija mantener un ritmo normal de clases. Desde el curso pasado tiene que recurrir a la asistencia domiciliaria para que su formación y aprendizaje no se ven afectados.

Alba no puede estudiar ni salir con amigos porque empeoran sus síntomas

Según Pilar Pardo, las actividades empeoran el estado de Alba, desencadenando intensos dolores de cabeza, lo que le impide estudiar, hacer deporte o salir con amigos. Cree que, aunque ahora son síntomas físicos, en el futuro se convertirán en psicológicos porque están perdiendo años en una etapa tan importante como es la adolescencia.

La madre de Alba critica que la Administración no haya creado unidades multidisciplinarias para atender estos casos que son muy numerosos. Cuenta que en su búsqueda de soluciones contactó con otra madre de Navarra con problemas similares y en un breve plazo de tiempo el grupo creado por ellas ya cuenta con más de 30 menores afectados.

Pilar critica que la Administración se resista a utilizar la palabra persistente para designar las secuelas de la covid que padecen estos jóvenes, y aunque defiende la atención y el apoyo que ha recibido por parte de los médicos, afirma que este sentimiento no es compartido por otras familias que se han visto solas ante estos perjuicios que afectan al desarrollo y crecimiento de sus hijos.

Pero los problemas son aún mayores cuando vemos cómo afectan las secuelas al conjunto de estas familias que ven cómo los síntomas persistentes de la covid les obligan a grandes desembolsos para afrontar pruebas diagnósticas y análisis que no están cubiertos por la Sanidad Pública.

Por eso la asociación que han constituido busca que la Administración se tome en serio este problema y vean los síntomas como parte de una enfermedad real que ni es inventada ni es psicológica.