Sergio borró los mensajes que explican el móvil del crimen: Dana iba a dejarle

  • “Yo sí te amo. Tú no”, escribió Sergio a Dana antes del crimen

  • Dana quería dejar a Sergio según el sumario, la Guardia Civil define su perfil: "maltratador, mentiroso, violento y psicópata”

Dana quería dejar a Sergio. Se lo dijo la mañana del crimen, habían discutido y se intercambiaron mensajes en los que Sergio se disculpa y le ruega que no le deje, que piense solo en lo bien que están juntos con su bebé. Ella sin embargo dice que está “reventada”, harta de las palizas que Sergio le da. En el sumario, al que ha tenido acceso Informativos Telecinco, la Guardia Civil apunta a que el día del crimen Dana le dio a Sergio un ultimátum. Esos mensajes más comprometidos fueron borrados por Sergio en su teléfono. El de Dana no ha sido encontrado. Para la Guardia Civil este podría ser el móvil que llevó a matar a Dana.

Además, Sergio le escribió una nota a Dana que refleja la situación que ella le confesó a un amigo. Dana quería dejar a Sergio. Él lo sabía, discutieron y él le escribió una nota que la Guardia Civil halló en su domicilio: “Buenos días. Lucía se ha tomado el biberón. Tienes pan y comida, no estés sin comer. Voy a trabajar y tú eso no lo entiendes. Me cuesta… Llevas tiempo sin amarme y me haces mucho daño tía. Yo sí te amo. Tú no. Sergio”. Sergio ha tenido cuatro detenciones por malos tratos. Cuatro denuncias de alejamiento de sus tres víctimas. La Guardia Civil lo define como “violento, mendaz y con rasgos psicopáticos”. Su ex mujer y madre de su hija de 10 años explica que sufrió malos tratos, consistentes en violencia física y psíquica, aunque delante de otras personas aparentaba ser cariñoso.

Los días posteriores a la desaparición de Dana, los investigadores relatan episodios que describen a un Sergio que parecía no sentir pena ni cuando intentó regalar la perra de Dana. No parecía preocupado por la ausencia de la madre de su bebé de siete meses porque intentó ligar con la niñera, y con la novia que había tenido en los tres meses que dejó la relación con Dana tras ser denunciado por malos tratos.

Precisamente ese testimonio fue decisivo para saber las desavenencias de la pareja hasta el punto de que Sergio tenía grabada a Dana como la “zorra rumana” en el móvil. Sergio le dijo a esa mujer que si hubiera sabido que Dana le iba a denunciar por malos tratos “la habría matado”. También el padre de Sergio aportó rasgos que definen su carácter. Cuando tenía 21 años, tras una ruptura, cavó una zanja y cuando le preguntaron dijo que era “para matarla y enterrarla”.

El día del crimen Sergio llamó al 112 para denunciar la desaparición de Dana pasadas las 12 de la noche. Curioso, recoge el atestado de la Guardia Civil, porque a las 22.30 recibió dos emoticonos de besos desde el teléfono de Dana. Los investigadores creen que era Sergio utilizando el móvil de Dana. Una cortada mal calculada. A las 23.30 Sergio mandó a Dana un mensaje diciéndole que si no sabía nada de ella a las 00:00 llamaría a emergencias.

Esa tarde también extrañó que en el bar en el que pedía siempre café encargase solo una bebida para llevar y no dos, como hacía cada día. Los investigadores creen que Sergio intentaba aparentar normalidad pero cometió errores. No se llevó el café de Dana porque ya estaba muerta. Es una de las conjeturas del atestado.

Al día siguiente Sergio pidió a su ex mujer que dejara ir a dormir a su casa a la hija que tienen en común. La pequeña tiene 10 años y esa noche del 13 de junio Sergio se quedó a cargo de ella y de la bebé que tiene con Dana. Para la exmujer de Sergio fue una novedad extraña. Para la Guardia Civil un intento por parte de Sergio de aparentar que en esa casa no había ocurrido nada.

Para entonces ya había hecho, cree la guardia civil, la primera limpieza de los restos de sangre. No sería la única porque tuvo que frotar mucho con lejía y aguarrás para degradar la sangre hasta el punto de que no hay ningún positivo en laboratorio. De momento las primeras conclusiones apuntan a que no hay sangre de Dana, sí ADN, pero no sangre. Ni en el palo, ni en la escalera, ni en el edredón, ni en la pared, ni en el suelo de la cocina, ni en el maletero del coche, ni en la puerta.

Pero lo increíble de esa normalidad con la que actúo Sergio al día siguiente de la desaparición es que el cuerpo de Dana tenía que estar todavía en la vivienda o en el maletero del coche si nos atenemos a lo que dice el atestado. El 15 de junio de madrugada el móvil de Sergio se encendió en el entorno del lugar donde se encontraría el fémur de Dana. Los investigadores contemplan la posibilidad de que fuera entonces cuando llevara el cuerpo al monte. Otro interrogante es si lo llevo entero o lo descuartizó. No se atreven a sugerirlo pero en el informe del fémur se habla de una rotura del fémur en la parte inferior. En cualquier caso tampoco los restos biológicos hallados en la vivienda indican que pudo descuartizarlo allí.

Precisamente la hija de 10 años que tuvo con su primera mujer protagonizaría otro de los episodios erráticos de Sergio. El día 14 de junio paró el coche al lado de unos matorrales y recogió unas botas. La niña iba en el vehículo, al preguntarle él dijo que las había dejado porque olían mal. Las botas de trabajo serían descritas por los testigos como las que llevaba el día de la muerte de Dana. La niña se lo contó a su madre y esta a la hermana de Sergio que al preguntarle contestó que tenían pulgas. La hermana le insistió en si no había hecho algo de lo que tuviese que arrepentirse. Cuando la Guardia Civil se enteró, preguntó a Sergio, este negó que fueran botas lo que recogía; dijo que eran deportivas, pero luego se compró unas botas iguales.

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