Cadena perpetua para un asesino que escondió los cuerpos de dos mujeres en el congelador

  • El asesino ya había sido condenado por agredir a su mujer, de 14 años, y por actividad sexual con un niño

Zahid Younis, un depredador que acabó con la vida de dos mujeres y escondió sus cuerpos en un congelador, ha sido condenado a cadena perpetua con un plazo mínimo de 38 años. Ambas habían sido sometidas a altísimos niveles de violencia en los días previos a su muerte.

El cuerpo de Henriett Szucs estuvo escondido en el pequeño congelador con candado durante casi tres años antes de que la Policía lo encontrara en el apartamento del asesino, de 36 años, en el este de Londres en abril de 2019. Szucs, de 34 años y de nacionalidad húngara, fue vista por última vez en agosto de 2016 y se cree que se fue a vivir con Younis a su casa en Canning Town.

La segunda víctima, Mihrican Mustafa, de 38 años y madre de tres hijos, no había sido vista desde mayo de 2018. El fiscal Duncan Penny OC calificó como "vulnerables" a las dos mujeres y apuntó que habían tenido vidas "un tanto caóticas" y que habían estado durante un tiempo sin hogar. Además, ambas habían luchado contra la adicción a las drogas.

Younis se mostró impasible en el momento de la lectura del veredicto, mientras que miembros de la gran familia de Mustafa, que asistieron todos los días al juicio durante tres semanas, agradecieron a Dios el castigo. Indicaron que era "una madre fantástica" y que nunca dejaron de buscarla.

Una declaración escrita en nombre de la madre de Szucs, María, dijo que su asesinato se hizo aún más difícil por estar en un país donde no conoce la ley ni los procesos judiciales. Perdió el contacto con su hija cuando llegó al Reino Unido, lo que "sólo agrava su dolor", incrementado porque no ha podido ver su cuerpo ni darle tierra para que descanse.

La Policía había estado registrando la casa de Younis después de que fue reportado como desaparecido, cuando descubrieron los restos de las mujeres en el congelador. Los agentes notaron un fuerte olor y vieron moscas alrededor del aparato.

Debido al estado en el que se encontraban los cuerpos, fue difícil examinarlos en su totalidad. No obstante, las autopsias revelaron que las mujeres habían sufrido lesiones importantes, con más de 50 heridas internas y externas, incluidas numerosas costillas rotas. Szucs presentaba graves lesiones en la cabeza, mientras que el esternón y la laringe de Mustafa se habían fracturado.

El inspector jefe detective Simon Harding, investigador principal del caso, manifestó que Younis era "un individuo increíblemente peligroso" y que era tanto "manipulador como violento". Se encontraron rastros de sangre de Szucs en la alfombra dentro de la propiedad y se encontraron huellas dactilares pertenecientes a Mustafa en el horno.

En su juicio, Younis describió un elaborado conjunto de hechos que, según él, explicaban por qué era inocente de asesinato. Le dijo al jurado que llegó a casa un día y encontró a Szucs muerta en su sofá. Afirmó que entró en pánico y escondió su cuerpo en un congelador recién comprado con la ayuda de un criminal local. Luego testificó que el mismo criminal y otro hombre llevaron el cuerpo de Mustafa a su casa en mayo de 2018 y exigieron que también escondiera ese cuerpo en el congelador. Sin embargo, uno de los hombres que el acusado involucró en la escena estaba en prisión en el momento de los hechos.

El tribunal escuchó cómo el asesino compró el congelador con dinero en efectivo la misma tarde en la cual mató a Szucs "con el único propósito" de ocultar su cuerpo.

En 2004, Younis se casó con una joven de 14 años en una ceremonia islámica en una mezquita en Walthamstow, al este de la capital británica. Fue encarcelado durante 30 meses por agredir a la adolescente y por actividad sexual con un niño. En 2007, tras su liberación, entabló una relación con una menor de 17 años cuyo padre había muerto recientemente.