Se reanuda la búsqueda del cocodrilo de Simancas tras suspenderse durante más de dos horas

  • Estos animales "normalmente son muy asustadizos"

  • Un rastreador profesional asegura que los indicios no son del reptil

La delegación del Gobierno en Castilla y León ha reanudado la búsqueda del cocodrilo avistado en la localidad de Simancas, Valladolid tras haberla suspendido durante algo más de dos horas, al no encontrar nuevas pistas sobre su paradero. "No tenemos más indicios que los expresados por los expertos, por eso, se supone que este martes a última hora de la mañana se dejará de investigar", señalaba el delegado Javier Izquierdo. “Finalmente, y en base a la opinión de los expertos continúa la búsqueda del supuesto cocodrilo en la confluencia de los Ríos Duero y Pisuerga”. Según estas fuentes, ante la bajada de las temperaturas, que según los expertos, hubiera podido producir un aletargamiento del animal, se ha decidido poner más cebos y vigilar el río y sus inmediaciones durante unos días más

"El cocodrilo nos ha puesto en el mundo. El nombre de la ciudad se ha paseado por todos los medios de comunicación", ha añadido Izquierdo. Y no le falta razón. Hasta memes hay en las redes.

El cocodrilo avistado este sábado en la confluencia de los ríos Duero y Pisuerga, en Valladolid, podría proceder de una vivienda cercana y "no es previsible" que ataque a los humanos, salvo que se sienta acorralado, ha explicado el profesor de la Universidad de Lleida, Federic Casals.

Casals, experto en Ciencia Animal y coordinador de la Sociedad Ibérica de Ictiología (Sibic) en el proyecto Life Invasaqua, ha explicado que estos animales "normalmente son muy asustadizos -sobre todo los jóvenes- y el peligro de un ataque es muy relativo".

Posible cocodrilo del Nilo

El reptil, cuyas huellas han sido identificadas por un biólogo como pertenecientes a un cocodrilo del Nilo, podría medir un metro y medio, lo que indica que su edad oscila entre los 4 y los 6 años, ha subrayado Casals, quien ha incidido en la necesidad de concienciar a la población del peligro de mantener este tipo de mascotas.

Para Frederic Casals, el análisis de las huellas es determinante para identificar la especie de la que se trata, que en el caso del cocodrilo del Nilo, "como de tantos otros reptiles", puede proceder del comercio ilegal y "es muy creíble" que se haya escapado de la vivienda de un particular.

"La gente opta por mascotas que se pueden convertir en peligrosas cuando adquieren un tamaño considerable, ha asegurado Casals, que participa en el proyecto Life Invasaqua, coordinado por la Universidad de Murcia y centrado en el control y/o erradicación de especies exóticas invasoras (EEI) acuáticas en España y Portugal.

Este proyecto, insiste en la prevención como la herramienta principal para combatir este problema, que amenaza la supervivencia de especies autóctonas, algunas en peligro de extinción, merma la calidad de las aguas, daña la productividad de algunos sectores y moviliza grandes inversiones.

Tener una mascota de este tipo, "ilegal y absurdo"

Tener como mascota a este tipo de animales "no sólo es ilegal, también es absurdo", ha afirmado el experto, porque "el animal crece y se puede volver agresivo y su mantenimiento muy complicado".

"Cuando la mascota se convierte en un problema, su propietario decide deshacerse de ella", como ocurre con la tortuga de Florida, una especie "muy común en acuarios de particulares pero que cuando mide 30-40 centímetros suele ser liberada al medio sin tener en cuenta el daño que puede ocasionar".

En su opinión, el cocodrilo avistado en Simancas (Valladolid) "ha debido escapar hace poco tiempo y podría sobrevivir hasta que lleguen los fríos del invierno”, ya que se trata de una especie tropical, y su efecto sobre la biodiversidad "será escaso", al tratarse de un ejemplar aislado "y seguramente bien alimentado".

Un rastreador profesional asegura que no hay indicios del reptil

El rastreador profesional de la asociación Chelonia para la conservación, investigación y planificación de recursos naturales Fernando Gómez ha asegurado que los indicios hallados en la ribera de Pesqueruela, donde confluyen los ríos Duero y Pisuerga, "no corresponden, en ninguno de los casos, a un reptil de gran tamaño".

Tras una importante labor de búsqueda y reconocimiento en la zona donde se produjo el supuesto avistamiento, Fernando Gómez, rastreador profesional de Chelonia, ha explicado que los restos que han aparecido en días previos corresponden a la depredación de una nutria que esta mañana había excretado en la ribera los restos de un pez y un cangrejo que se había comido.

Asimismo, se han hallado rastros y aplastamientos que corresponden a presencia y paso humano, mientras que también hay otros indicios, tales como huellas, que "no son de diagnóstico" y, por tanto, "no se puede decir a que especie pertenecen".

"Hemos revisado meticulosamente cada rincón donde el animal ha podido tomar el sol o dejar marcas de huellas y no hemos encontrado nada", ha apostillado Gómez, quien ha avanzado que el operativo junto a la Guardia Civil continuará con una búsqueda "activa" para tratar de localizar "algún indicio que confirme la presencia de un reptil de gran tamaño".

Sin embargo, ha señalado que el hecho de no haber encontrado indicios de un reptil "no significa que no esté" en la zona, por lo que aún no se descarta su presencia.