José Luis fue degollado en su taxi por un cliente al que recogió en una calle de Alcalá de Henares

  • La víctima intentó defenderse y presentaba cortes en las manos

  • La Policía encontró un arma blanca debajo de un coche, que podría haber utilizado el asesino

  • Los taxistas, que le han rendido homenaje, advierten: "Nunca sabemos a quien llevamos detrás"

José Luis Espada tenía 59 años. Vivía en la urbanización Parque los Nogales de Alcalá de Henares (Madrid), a poco más de un kilómetro de distancia del lugar en el que esta madrugada ha sido encontrado muerto. Llevaba menos de dos años trabajando como taxista en el turno de noche en esta localidad madrileña. Antes se había dedicado a la enseñanza, dando clases y había montado una imprenta.

El hombre estaba casado, era padre de dos hijos y acababa de ser abuelo. Fue un compañero del gremio el que dió la voz de alarma. Pasada la medianoche cogió a un cliente en una calle del barrio de Lianchi, una zona conflictiva, pero nunca regresaba.

Degollado por intentar defenderse

Media hora más tarde encontraban su vehículo a la altura del número 16 de la calle Manuel Laredo, en una plazuela próxima a la estación del tren. El turismo -un Toyota Auris- seguía con el motor en marcha, la puerta trasera derecha abierta y el conductor en su asiento, todavía con el cinturón de seguridad abrochado.

Su asesino le degolló por detrás. José Luis intentó defenderse, presentaba cortes en las manos, según ha informado un Portavoz del 112 de la Comunidad de Madrid. Su cadáver ha sido trasladado al Instituto anatómico Forense de este municipio, donde le van a practicar la autopsia.

Agentes de Científica del Cuerpo Nacional de Policía han realizado una primera inspección ocular dentro del taxi y el grupo VI de Homicidios se ha hecho cargo de la investigación. Han encontrado un arma blanca en la misma plazoleta en la que se ha producido el crimen, debajo de un vehículo y junto a uno contenedor metálico, con los escombros de una obra, cubierto con una lona verde. Ahora van a analizarla para determinar si fue el arma homicida mientras el coche ha sido trasladado al depósito municipal de vehículos.

También han solicitado las imágenes captadas por las cámaras de seguridad de la zona y han tomado declaración a algunos vecinos. Una mujer asegura que vio a un hombre bajito y delgado salir corriendo, un dato que todavía no ha podido ser contrastado.

André Riveiro llegó a casa este lunes sobre las once y media de la noche, no vio nada extraño. Desde hace un año vive en un edificio justo enfrente del lugar en el que se produjo el crimen. Asegura que se trata de un barrio tranquilo.

Ion Nitu también vive en esta calle desde hace siete años, aunque en su opinión, el barrio se ha degradado. "Vi mucha policía y me asomé a la ventana. Estaban buscando algo por el suelo con linternas. El taxi estaba con el morro hacia fuera, con la puerta trasera abierta, como si hubiera entrado por una calle y hubiera dado la vuelta. Yo creo que el que haya sido conocía estas calles y le metió aquí para robarle", afirma.

Este hombre, de origen rumano agrega: "A mí hace seis años me llamaron los municipales porque a las dos de la madrugada me habían intentado robar el coche y lo quemaron. Y ésto ha ido a peor. Hace tres años aquí hubo un tiroteo y se reúne mucha gente para beber en esos bancos, yo ya no dejo a mi hija salir sola a la calle".

Concentración en su memoria

Este martes unas doscientas personas se han concentrado en la Plaza Cervantes para rendir homenaje al fallecido. La mayoría compañeros, aunque también muchos vecinos. Decenas de taxis han querido atravesar la calle con sus vehículos, con crespones negros en el salpicadero. Todos coinciden al señalar que hoy se sienten tristes y también más vulnerables.

Jose Alfonso Idanzo lleva 26 años en el gremio. Era compañero de José Luis. Cuenta que la víctima empezó hace dos años con Alcalá Radio Taxi. "Allí solemos recibir avisos de los clientes por la emisora. Primero cogió el coche dos días y quiso dejarlo porque no se sentía seguro, se perdía por las calles, pero luego continuó, hasta anoche. Esto es como el que se sube a un andamio, que siempre puede caerse".

Eloy Lozano es el presidente de la Patronal. También conocía a la víctima. "Era una persona fabulosa. Le arropamos y le enseñamos cómo se trabajaba aquí, hace un año y medio. Nos sentimos apenados por lo sucedido. Por eso hemos querido reunirnos y guardar silencio en memoria de nuestro compañero, con taxis venidos de toda la Comunidad de Madrid".

Eloy se resigna. "Estamos vendidos, no sabemos quién se monta en el coche, sólo nos dan una dirección y allá que vamos. Yo creo que la persona que subió vio su carácter, que no era problemático ni le iba a poner resistencia. En Alcalá de Henares las carreras son de un importe de unos diez euros, a veces menos. A esa hora José Luis podría llevar en el cajetín unos cincuenta euros de recaudación y otros cincuenta de cambio, como mucho cien euros. Vamos, que le han matado y no tienen ni para un mes".

Denuncian la inseguridad en el sector del taxi

Los taxistas reunidos este martes denuncian la inseguridad en la que se mueven. En la Comunidad de Madrid hay 16.000 licencias, en Alcalá de Henares circulan 71 taxis y de ellos sólo uno tiene instalada mampara de seguridad.

Eloy nos explica las razones. "Los clientes son reacios a montarse cuando llevamos mampara. Además el taxi debe estar adaptado, te quedas sin salida de aire acondicionado o calefacción y el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo no lo permite porque hay coches que tienen el airbag en los laterales y si tienen mampara no salta. Además una mampara vale como mínimo 1.500 euros, pero no son universales".

Los taxistas permanecen en continuo contacto a través de las emisoras y llevan instalado GPS, pero eso no garantiza su seguridad ni evita desgracias como ésta. "Por eso vamos a reunirnos con el concejal de Seguridad y el alcalde para estudiar nuevas medidas", explica el Presidente de la Patronal.

"Estamos vendidos, no sabemos quién se monta en el coche, sólo nos dan una dirección y allá que vamos."

Antonio Gallardo es el presidente de Taxistas Asociados de la Comunidad Autónoma de Madrid (TACAM)- los que se distinguen por su franja roja, más de quince mil -. Lleva 15 años al volante del suyo. "He sufrido dos atracos, dos sustos. Hace poco tuve un juicio porque una señora que montó me pidió que la llevase, una carrera de 70 euros y luego no le pasaba la tarjeta. Al final salió indemne y yo me quedé sin nada. Luego los típicos niñatos que se suben y cuando llegas al sitio abren la puerta y salen corriendo, ¿y qué hacemos?. No estamos protegidos, corremos gran riesgo y peligro las 24 horas del día. Así que ya desarrollas un sexto sentido. Cuando veo a una persona un poco dudosa prefiero que me denuncien por no hacer el servicio a llevarle y jugarme la vida".

Ángel Julio Megía es el presidente de la asociación gremial del taxi de Madrid. Lo suyo viene de familia, varios miembros se dedican a esta profesión. "Yo me he llevado mis sustos y mi suegro fue apuñalado. Esto es nuestro día a día. Nunca sabemos a quien llevamos detrás", se lamenta.

Este conductor se muestra consternado por esta tragedia y también refleja su indignación. "El año pasado degollaron a otro compañero en Móstoles, con el mismo modus operandi, aunque afortunadamente él se salvó. Pero el Ayuntamiento de Madrid no nos permite comprar los coches que necesitamos, por eso el profesional del taxi siempre debe estar alerta. No nos autorizan ni homologan vehículos para poder poner mamparas de seguridad y ofrecer un servicio seguro a la ciudadanía. Y eso que cumplen con los estándares de confort y las normativas anticontaminación. Nuestra seguridad siempre está en riesgo. También nuestras familias tienen miedo cuando salimos de casa y bajamos la bandera".

Temas