'El destripador de Hollywood', el "asesino sexual en serie" acusado de matar a la amiga de Ashton Kutcher

  • Está acusado de matar a tres mujeres e intentar asesinar a una cuarta

  • Los investigadores creen que podría haber matado a más mujeres

  • Michael Thomas Gargiulio lleva en prisión desde 2008

Su nombre es Michael Thomas Gargiulio, pero hoy tristemente se le conoce como ‘El destripador de Hollywood’, un apodo tan aterrador como explícito que viene a confirmar lo que fiscales y agentes de las fuerzas del orden han dicho de él: es un asesino sexual en serie que disfruta y cometiendo sus crímenes.

El primer crimen: el destripador solo tenía 17 años

Nacido en Illinois, EEUU, el 15 de febrero de 1976, la policía apunta a 1993 como el año en el que habría empezado su cadena de crímenes. Fue concretamente en una noche de agosto de ese año cuando Tricia Pacaccio, quien se encontraba celebrando su graduación, volvía a casa. La joven, de 18 años, llevaba las llaves en la mano para entrar en su domicilio, pero nunca llegó a hacerlo. Murió asesinada tras recibir un aluvión de puñaladas en el pecho, el cuello y la zona de los hombros. Fue su propio padre el que la mañana siguiente la encontró en el rellano de la puerta, tendida en el suelo, sin vida.

Por aquel entonces ‘El destripador de Hollywood’ tenía solo 17 años y era vecino de Tricia y amigo de su hermano. Les conocía bien y vivía muy cerca, un patrón, –el de la proximidad a sus víctimas–, que se repetirá en el resto de los asesinatos.

Como informa Los Angeles Times, no fue hasta una década después cuando los investigadores descubrieron que su ADN coincidía con el encontrado en las uñas de Tricia. Hasta ese momento no había evidencias suficientes para inculparle, porque precisamente al ser vecinos, amigo de su hermano, y haber estado en su casa, “era posible que su ADN hubiese acabado en las uñas de la joven por un contacto casual”, como recogía en su momento Chicago Magazine en el seguimiento del caso.

Sin embargo, acabaron relacionándole con Tricia después de haberle implicado en el que sería, cronológicamente, el siguiente asesinato del que se le acusa.

El segundo crimen: la amiga de Ashton Kutcher

Para cuando las autoridades descubrieron el ADN en las uñas de Tricia, ‘El destripador de Hollywood’ ya vivía en Los Ángeles, California, donde presumiblemente se habría mudado consciente de que podían implicarle en el crimen de Illinois.

Fue aquí donde, como sostiene la acusación, asesinó en 2001 a Ashley Ellerin, una joven de 22 años, estudiante de diseño y aspirante a modelo. La noche en que la que fue asesinada, tenía una cita con el famoso actor Ashton Kutcher, quien esta semana ha declarado en el juicio en Los Ángeles llamado a determinar si Gargiulo, detenido el 6 de junio de 2008 en Santa Mónica, afrontará la pena de muerte.

El relato de Ashton Kutcher

“La cagué”, ha llegado a decir el actor ante la audiencia cuando fue preguntado por la noche del suceso, lamentándose y hasta culpabilizándose al pensar que, quizás, hubiese podido hacer algo para salvarla. Pero no podía saberlo. No podía saber que la razón por la cual Ellerin no contestaba a sus mensajes era porque ‘el destripador de Hollywood’ había decidido arrebatarle la vida.

Ashton Kutcher pensó que Ellerin no le contestaba porque él se había retrasado dos horas en su cita. Creía que estaba enfadada, aunque la había visado. Tenían intención de cenar juntos y tomar algo, pero avisándola del retraso le dijo que mejor directamente quedaban para tomar un trago, tal como informa Los Angeles Times, haciéndose eco de las declaraciones del actor.

Cuando Kutcher se puso en camino de la casa de Ellerin la llamó pero nunca obtuvo respuesta. Lo intentó tres veces más y le dejó mensajes de voz, pero tampoco obtuvo señal. Por eso, al llegar al domicilio acudió directamente a llamar a la puerta. Tampoco contestaba, pero las luces de la casa estaban encendidas, como pudo comprobar a través de una ventana antes de marcharse. También vio una mancha roja en una alfombra, pero pensó que era vino porque, además, había estado en una fiesta en su casa una semana antes donde la gente estuvo bebiendo. Por eso ni siquiera podía llegar a imaginar en ese momento que esa mancha pudiese ser de sangre.

Así, asumiendo que la joven se había enfadado con él, se acabó marchando, en una decisión que hoy maldice.

47 puñaladas

‘El destripador de Hollywood’ conoció a Ellerin un día en el que se ofreció a cambiarle una rueda desinflada en su vehículo. También se ofreció a arreglarle un electrodoméstico días más tarde. Lo próximo, tras haber estado observándola, fue aparecer en su casa repentinamente, donde la apuñaló 47 veces, acuchillándola en el cuello con tal fuerza que casi llegó a decapitarla.

El tercer crimen: “casi había destripado a la víctima”

El tercer acto macabro del que se le acusa es el asesinato de María Bruno, de 32 años, en 2005. Otra vez una vecina, en esta ocasión del apartamento al que Gargiulo se había mudado en la zona de El Monte, Los Angeles, California.

La atacó cuando estaba durmiendo y, según la acusación, tras acuchillarla en el cuello y el pecho “casi la había destripado, literalmente”.

El cuarto ataque: un intento de asesinato

El siguiente ataque que llevó a cabo, de aquellos a los que se le ha vinculado, se produjo tres años más tarde. Fue cuando intentó asesinar a Michelle Murphy en abril de 2018 después de que ésta llegase de trabajar. Vivía en la misma calle; ahora en Santa Mónica.

Tras haberse quedado dormida durante aproximadamente una hora, al despertarse ‘El destripador de Hollywood’ estaba sobre ella. Intentó apuñalarla mientras ella gritaba despavorida, y afortunadamente, en un rápido movimiento logró darle una patada y salir corriendo del lugar.

Gargiulio fue arrestado, por fin, dos meses después. El testimonio de la superviviente fue vital para relacionarle con los asesinatos previos, que podrían ser, de hecho, más que los tres por los que se le acusa.

“Solo porque 10 mujeres fueron asesinadas no significa que haya asesinado a nadie”, llegó a decir, dando a pensar a los investigadores que las víctimas pueden ser más.