Fue el pasado sábado 30 de septiembre cuando agentes penitenciarios se dieron cuenta de que, al término del periodo de visitas, una persona no había salido de la cárcel.
En ese momento, se realizó un dispositivo de búsqueda en todas las celdas para hallar a la persona que se había quedado en el interior. Y fue cuando descubrieron al joven de 13 años en la celda del pedófilo.
Según UOL, el niño fue encontrado sin camiseta y escondido debajo de la cama de José Ribamar Pereira Lima, el pedófilo que lleva en prisión desde octubre de 2015.
La historia adquiere un mayor tinte dramático con el dato de por qué fue el niño a la cárcel. Y es que el joven acompañó a sus padres a ver en concreto a José Ribamar, amigo de los progenitores. Es decir, los padres dejaron de manera consciente a su hijo con un pedófilo.
Según fuentes de la prisión, “ellos –los padres– son amigos del preso y admitieron posteriormente a la policía que dejaron que el niño dormía con José Ribamar porque volverían el domingo para una nueva visita”.
Y cuando ambos regresaron a la prisión para recoger a su hijo, la pareja fue detenida y llevad a la Central de Flagrantes de Teresina, donde se les tomó testimonio y fueron posteriormente liberados.
"El niño entró en la cárcel acompañada de los padres sin autorización judicial, no hay registro de niños que visitan presos en el Mayor César y eso es muy grave, lo que estamos viendo en esa situación es una aberración de crímenes que se comete contra vulnerables”, ha explicado el presidente del sindicato de los agentes penitenciarios.
Es más, según ha indicado Holanda: “El niño relató a los agentes penitenciarios que le sacaron de la celda que el preso le tocó sus partes íntimas. Y que no pasó nada más porque los agentes llegaron a tiempo y evitaron lo peor, pero hay sospechas fuertes de que el niño fue llevado a prisión para que abusaran de él”.
Además, el sindicato ha denunciado que el preso fue golpeado por la dirección de la unidad de prisión como castigo por haber mantenido al niño dentro de la celda.