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A las puertas de la oficina del puerto de Barbate parece haber dos tipos de navegantes: los que ya se han encontrado con las orcas y los que temen encontrarse con ellas. Esta mañana uno de los que iban a pasar el Estrecho pedía consejo al tripulante de uno de los dos veleros que sufrieron su visita ayer, el francés `Blue Peter´y el español `Eva´.
"Da igual lo que hagas", dice el tripulante del `Eva´. "Estábamos a las onde y veinticinco de la noche terminando de cenar y tomándonos una copita, hablando del día y de repente, pum, pum. Ya está, las orcas".
Su interlocutor, que quiere navegar hacia el Mediterraneo, le presta atención mientras a su cara se asoma la preocupación.
"Da un poco de respeto", dice a NIUS cuando se le pregunta al acabar la conversación."Yo ayer ya llamé a Salvamento Marítimo para que me informaran. Parece ser que navegando pegado a tierra no denbería de haber problemas".
Sólo parece ser, porque el `Eva´que llegó remolcado al puerto de Barbate pasadas las dos de esta madrugada, navegaba cumpliendo esa recomendación.
"Viniendo hacía Barbate, cerca, muy cerca de la costa, como dicen que hay que hacer para que las orcas no te ataquen, notamos un primer toque en popa, seguido de dos toques más fuertes", cuenta su patrón. "Nos quedamos completamente quietos. Eran varias orcas, unas pequeñas, otras grandes. Dieron más toques al barco, o movieron, lo arrastraron. Estuvimos así unos cuarenta minutos hasta que se aburrieron y se cansaron".
La misma experiencia, por la que había pasado el velero francés `Blue Peter´ unas horas antes. Su patrón, Claude, estuvo tres horas pendiente de ellas.
"Sobre las tres menos cuarto escuché un estruendo, la rueda empezó a girar, vimos la primera orca", relata. "Había dos grupos. Uno a babor, otro estribor, nos atacaron por ambas bandas, atacaron, atacaron y atacaron. Eso duro tres horas. No tenemos pala de timón, la barra del timón esta doblada. Había un ejemplar joven junto a su madre que no hacía más que sumergirse y golpear, golpear y golpear".
¿Juegos, o ataques?. Los expertos hablan de interacciones y juegos por parte de las orcas. Los navegantes que han pasado por esas situaciones hablan directamente de ataques.
"Es un claro ataque", cree Claude. "Tres horas es demasiado tiempo para un juego. Bam, bam, bam, nos golpeaban. Es un ataque".
"Les llaman incidentes imagino que por quitarle hierro al asunto", comenta el patrón del `Eva´."Si lo primero que hacen es golpear el timón, que es lo que controla el barco, es un ataque".
Se les llame como se les llame son casi sesenta los veleros que han llegado a puerto con los timones rotos, e incluso con alguna vía de agua.
En el varadero de Barbate, no dan a basto para reparar tanto destrozo. Los navegantes piden soluciones. En el puerto, un barbateño que recuerda haberse bañado de niño junto las orcas lo tiene claro: "Los animales están molestos con nosotros, contaminamos, les quitamos la pesca, esto va acabar como la película Tiburón".