Indemnizan a las hijas de un fallecido 'desaparecido' un mes en un hospital de Cádiz

  • El hospital metió el cuerpo en la morgue pero no notificó el fallecimiento a su familia

  • Sus hijas estuvieron buscándolo más de un mes, al ser informadas de que había sido dado de alta

  • Serán indemnizadas con 30.000 euros cada una

¿Se puede desaparecer en un hospital? Tras el dictamen del Consejo Consultivo de Andalucía, que obliga a indemnizar con 30.000 euros a cada una de las hijas de un fallecido en el hospital de La Línea de La Concepción, la respuesta a esa pregunta es sí.

Todo comienza un día de octubre de 2019. El hombre se siente indispuesto y una ambulancia lo traslada al centro sanitario. No tiene antecedentes por enfermedades de gravedad, pero acaba en la UCI y fallece. Como está establecido, se certifica su defunción, y se traslada el cuerpo a una cámara frigorífica.

Lo que sigue ya no es habitual. El hospital no activa los mecanismos para comunicar el fallecimiento a los familiares. Cuando una de las hijas se acerca al centro a preguntar por el estado de su padre, se le dice que efectivamente ha estado allí, pero que ha sido dado de alta.

Comienza ahí el daño moral de la familia, que rastrea el resto de los hospitales de Cádiz y llama a los de otras provincias como Málaga o Sevilla para intentar localizar al hombre, cuyo cuerpo sigue en la cámara frigorífica.

No consiguen averiguar nada, y es así como un asunto sanitario deviene en uno policial. Las dos hijas del fallecido denuncian su desaparición ante la Guardia Civil e inician un campaña con el objetivo de encontrar testigos que puedan haberlo visto.

No es hasta un mes después cuando el misterio se resuelve. Una trabajadora social les avisa de que su padre figura como fallecido en un informe del centro sanitario a los servicios sociales.

Exactamente, treinta y seis días de incertidumbre a los que la familia debe añadir un dolor más. El cuerpo de su padre no ha sido congelado. Sus restos están en avanzado estado de descomposición, y así tienen que reconocerlos.

Ahora, la pregunta que intenta contestar esta sentencia: ¿puede compensarse ese dolor?. La respuesta para la familia es no, pero la Junta de Andalucía tendrá que indemnizar a cada una de las hijas con 30.000 euros por no haber seguido los protocolos necesarios para comunicar el fallecimiento y conservar el cuerpo en las condiciones adecuadas.

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