El suceso tuvo lugar en Canadá, junto a una cabaña ubicada en las inmediaciones del lago Einarson, en Yukon, al noroeste del país. Valerie Theoret, de 37 años, se encontraba allí con su bebé de 10 meses aprovechando la baja por maternidad. “Era una oportunidad para pasar el tiempo allí junto a la familia”, ha explicado un amigo, en declaraciones recogidas por Fox News.
Durante tres meses aquella cabaña que compraron tres años atrás y que se habían esmerado en “acondicionar apropiadamente” fue su hogar. Ahora, tan solo es el escenario que recuerda una terrible tragedia.
El pasado lunes 26 de noviembre el cuerpo sin vida de Valerie y el de su bebé fueron encontrados por su propio marido y padre de la pequeña. Cuando Gjermund Roesholt llegó a la cabaña un oso cargó contra él, obligándole a usar el arma de fuego que tenía y matar al animal. Justo después es cuando, en las inmediaciones de la cabaña, encontraba muertos a sus seres queridos.
“Parece que salieron fuera a dar un paseo cuando sucedió el incidente”, han explicado las autoridades, que precisaron a través de las redes sociales que se había abierto una investigación.
El suceso ha causado una gran conmoción en las inmediaciones y ha alertado, una vez más, de los peligros y las precauciones que se ha de tener cuando se vive en un espacio rodeado de animales salvajes.