Detenido un vecino tras el asesinato de una niña de 14 años a puñaladas en Oviedo

La Policía Nacional ha hallado muerta con signos de violencia a menor de 14 años en un piso del barrio ovetense de Vallobín tras recibir un aviso de los vecinos a primera hora de la tarde.

En la vivienda, ubicada en la calle Vázquez de Mella 69, también se encontraba herido de gravedad un hombre, que ha sido trasladado en ambulancia al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). El individuo, de origen moldavo de 32 años, según apunta El Comercio, es un vecino de la víctima, es el principal sospechoso del crimen, por lo que ha sido detenido.

El diario asturiano señala que la víctima, una adolescente de 14 años, residía en la cuarta planta junto a su familia. Su padre y su hermano la estaban esperando que llegara del instituto para comer juntos, pero la joven nunca llegó. Al no verla, según El Comercio, el hermano bajó a buscarla a la calle pero a la altura del primer piso del edificio vio sangre y es donde se ha encontrado el cadáver de la niña. El presunto agresor, de origen moldavo, llevaba veinte días instalado en el edificio, y parece ser que no le unía ninguna relación con la adolescente. El presunto asesino podría tener antecedentes por acoso a otras jóvenes.

Según indican desde la Policía Nacional a Europa Press, se ha decretado el secreto de sumario sobre las actuaciones y por el momento no se ofrecerá información oficial sobre la investigación que se lleva a cabo para el esclarecimiento de los hechos.

Laia, de 13 años, fue asesinada por su vecino en Barcelona

El caso recuerda al de la pequeña Laia en Vilanova i la Geltrú (Barcelona). Una joven de 13 años que en 2018 fue asesinada por su vecino, Juan Francisco López Ortiz, que fue el verano pasado condenado a prisión permanente revisable.

Aquel día, Laia se despidió de sus abuelos en el segundo piso del número. Su padre la estaba esperando en la calle, unos metros más adelante, tras salir del trabajo. Pero en las escaleras se cruzó con Juan Francisco López Ortiz, que le acechaba en el primer piso. Metió a la niña a empujones con la finalidad de "satisfacer un perverso deseo sexual"; le tapó la boca con la mano para acallar sus gritos y le pasó una correa de perro por el cuello y la asesinó.