El problema biológico de la natalidad en España: óvulos envejecidos y semen cada vez peor

  • Las cifras de nacimientos en España son las más bajas de la historia

  • Las mujeres tienen un ciclo de fertilidad corto y la calidad del semen de los hombres ha empeorado en 60 años

  • El experto José Luis Carbonero plantea un futuro difícil para aumentar la natalidad en España

El año pasado nacieron en España 338.532 niños. Es la cifra más baja desde que se empezó a contabilizar la natalidad estadísticamente, en 1941. Supone un 0,6% menos de nacimientos que en 2020 y un 5,6% que en 2019, antes de la pandemia. Son cifras del INE que se van actualizando mes a mes, pero muestra la tendencia descendente en la natalidad.

Las sucesivas crisis económicas y la incertidumbre que ha generado la pandemia han provocado un descenso muy acusado en los embarazos.

Pero, más allá de esas circunstancias específicas, lo cierto es que los españoles cada vez tienen menos hijos, y más tarde. La sociedad no ayuda, y la biología tampoco. En esta entrevista José Luis Carbonero, presidente de la sección de Esterilidad e Infertilidad de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), analiza el poco halagüeño futuro de la natalidad en España: las mujeres posponen los embarazos hasta edades poco adecuada sbiológicamente hablando y la calidad del semen de los hombres ha disminuido mucho en unas pocas décadas. Sumado al poco apoyo social y económico a la maternidad, estamos ante la tormenta perfecta para tener problemas en el relevo generacional.

Pregunta. El llamado reloj biológico, ¿existe?

Respuesta. El inicio de la maternidad en España es a los 32 años, y esto es un problema: cronológicamente -por esperanza de vida- son mujeres jóvenes joven pero biológicamente no lo son. Porque nos reproducimos como hace cien, mil, cinco mil años, igual.

La tasa de esterilidad en parejas en los últimos 30 años ha subido de un 10% a un 22%.

Es decir, ha aumentado la esperanza de vida una barbaridad, pero la forma de reproducirnos sigue siendo la misma que hace cinco mil años, cuando la gente se moría a los cuarenta años. Se tenían los hijos casi con la amenarquia, la primera menstruación. Esto hoy en día no lo entiende el ser humano, y yo creo que es porque en realidad no se comprende bien la fertilidad de la mujer.

P. Y, ¿cómo es?

R. Está condicionada desde el nacimiento. Las mujeres nacen ya con un número de óvulos y a lo largo de la vida los vas gastando hasta que desaparecen. No se regeneran. Es inexorable: se pierden los gametos femeninos, es decir los óvulos, hasta que desaparecen.

Y además, esos óvulos envejecen, porque no se reponen, no se generan nuevos. Es decir, que una mujer de 30 años tiene óvulos de 30 años de vida. De esta forma, las mujeres pierden la fertilidad por dos motivos:

  1. Porque pierdo la dotación de óvulos.
  2. Porque mis óvulos van envejeciendo. Es decir, que son células que desde el punto de vista de ser fecundadas no funcionan correctamente, o no tan bien como células más jóvenes, y producen embriones aneuploides (genéticamente alterados).

La fertilidad de la mujer es alta desde los 16 ó 17 años hasta los 30. A partir de los 30 hay una cierta bajada de la fertilidad y los 35 son un punto de inflexión en el que baja en picado. Estos datos se obtuvieron hace muchísimo tiempo.

P. Pero ahora se vive mejor que hace cien años, por ejemplo. Esa mayor calidad de vida, mejor alimentación, trabajos menos físicos... ¿no ha mejorado la fertilidad femenina?

R. No, la realidad nos demuestra que la fertilidad no ha evolucionado tan rápido como la sociedad, el ser humano no evoluciona tan rápido biológicamente.

No se ha demostrado que la mejora en la calidad de vida y de la salud haya provocado mejora de la calidad ovocitaria, porque hablamos de un envejecimiento celular puro

Ahora mismo solamente podemos medir la reserva ovárica, por ejemplo. Es decir, la cantidad de óvulos que le quedan a una mujer. No la calidad, que viene dada por la edad: al ser células que no se regeneran, los óvulos por edad pierden calidad. No son como la piel, que se regenera. Los óvulos no. Así que podemos medir la reserva ovárica de una mujer de 37 años, y que tenga mucha. Pero sus óvulos son de mala calidad.

P. ¿Cómo se mide la cantidad de óvulos?

R. Hacemos una ecografía vaginal en la primera fase del ciclo menstrual, en la que se ven los folículos. Son unas cavidades que tienen los ovarios donde están los óvulos. Y cada mes los dos ovarios disponen de un número de folículos de los cuales uno va a madurar y expulsar el óvulo y los otros se mueren en ese ciclo. A esto hay que sumarle un control analítico de una hormona -esto se ha descubierto más recientemente- que se llama antimuleriana. Y ésta, dependiendo de la cifra que te da, estima la reserva ovárica.

La calidad del semen del hombre ha descendido mucho desde que se empezó a medir, en 1980, porque estamos expuestos a unos contaminantes que nos afectan desde antes de nacer, los disruptores endocrinos

Conocer la reserva ovárica nos permite a los ginecólogos aconsejar a la mujer sobre su futuro como madre, si quiere serlo. Y nos basamos solamente en la cantidad de óvulos porque no se ha demostrado que la mejora en la calidad de vida y de la salud haya provocado mejora de la calidad ovocitaria, porque hablamos de un envejecimiento celular puro. No hay renovación celular, como por ejemplo no la hay en las neuronas. Son células del cuerpo que envejecen, no se regeneran.

P. Esto en cuanto a las mujeres, pero para tener un hijo se necesita la parte masculina. El hombre, ¿ha mejorado su fertilidad con el avance de la historia?

R: No, al revés, la ha empeorado. Hay que tener en cuenta que el hombre produce espermatozoides desde la pubertad hasta que muere, no es como la mujer que nace ya con sus óvulos. El varón cada tres meses recambia todos sus espermatozoides. Así, mientras los óvulos de una mujer de 37 años tienen 37 años, los espermatozoides de un hombre de 37 años tienen como mucho tres meses de vida. Con lo cual, son células jóvenes.

Y cuidado, que esa mejora de calidad de vida sobre la que me preguntabas no se ha reflejado tampoco en la calidad del esperma. Desde el año 1980, cuando la Organización Mundial de la Salud publicó sus primeros criterios de qué es la normalidad espermática, se ha venido analizando el semen de los varones.

Desde el punto de vista de la fertilidad de pareja el problema es difícil de solucionar: la mujer se pone a tener hijos tarde y el hombre aporta un esperma de peor calidad

En la última revisión, que es del año 2010, se ha revelado que ha empeorado mucho la calidad del semen. Y dices: Anda, si la gente es más sana, come mejor, hace más deporte... Pero estamos expuestos a contaminantes a los que no se sometían las generaciones anteriores. Estamos rodeados de disruptores endocrinos, que hacen función de hormonas, engañan al organismo. Son químicos capaces de mimetizar nuestras hormonas y, por tanto, de alterar el correcto funcionamiento corporal y afectar negativamente a nuestra salud.

Estos disruptores afectan ya al feto, estamos expuestos a ellos antes de nacer. Así que la producción espermática de ese futuro niño puede verse influida por los disruptores endocrinos. Y esto se ha objetivado controlando cada diez años la calidad espermática en los varones de los países occidentales, que ha dosminuido desde el año 1980 hasta ahora.

Así que desde el punto de vista de la fertilidad de pareja -entendida como la unión de gametos femeninos y masculinos para producir un embrión- el problema es difícil de solucionar: la mujer se plantea ser madre a una edad inadecuada biológicamente y el hombre tiene un semen de mala calidad. Esto provoca que la tasa de esterilidad en parejas en los últimos 30 años ha subido de un 10% a un 22%.

P. Es decir, que en salud y medicina todo evoluciona a mejor, menos la fertilidad.

R. Eso es. Y tiene difícil solución a largo plazo. Lo ideal es que la sociedad apoyase la maternidad a una edad razonable biológicamente, pero no podemos pretender que una mujer de 20 o 24 años se plantee ser madre cuando está empezando su carrera profesional, o incluso están estudiando, sin trabajo, ingresos... No hay ayudas a la maternidad... Y luego el hombre ha perdido calidad de esperma. Así que es muy difícil aunar la parte biológica y la social.

En un futuro, quizás se puede rejuvenecer los ovarios, o los óvulos, mediante técnicas con células madre. Pero para las generaciones actuales eso aún no es una realidad. Ahora mismo sólo se puede prevenir. Evaluar la reserva ovárica de las mujeres de forma temprana para aconsejar adelantar la maternidad, o hacer una conservación de óvulos mediante vitrificación. Se congelan para usarse más adelante, y no envejecen.

La realidad es que cuando las parejas quieren tener hijos se encuentran con una edad biológica tardía de ellas y una calidad de semen peor de ellos. Y esto, unido a las dificultades sociales para tener hijos, provoca un círculo vicioso en el que cada vez tenemos menos hijos, y más tarde.

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