Ahora que nadie mira, aparece una familia de nutrias por primera vez en 50 años en el río Besòs

  • La especie estaba considerada extinta en la zona desde la segunda mitad del siglo XX

  • Las crías ya tienen entre 5 y 8 meses, no han nacido a raíz del confinamiento, pero sí se han dejado ver

  • Según los expertos, sin la frecuentación humana se atreven a pasar por espacios "un poco peligrosos para ellas"

50 años después, han vuelto a aparecer. Por primera vez en muchos años se han captado imágenes de una familia de nutrias en la cuenca del río Besòs (Barcelona). La especie estaba considerada extinta en la zona desde la segunda mitad del siglo XX. "Hasta ahora sabíamos que existían pero no se reproducían, esta es la novedad", explica a NIUS Juli Mauri, Jjfe de Sostenibilidad y fauna autóctona del Zoo de Barcelona. Estos mamíferos, carnívoros y de vida nocturna, son una especie autóctona protegida.

En las imágenes, captadas por varias cámaras de fototrampeo, se observa a varias nutrias circulando por determinados tramos fluviales de la cuenca del Besòs. Un hecho, en definitiva, de "gran transcendencia" para los expertos y "casi inimaginable hace apenas unos años". El hallazgo supone la "primera evidencia" visual de la reproducción de la especie en la zona.

La primera evidencia visual de la reproducción de la especie

La especie ha encontrado en la zona un lugar ideal para vivir y reproducirse. "Esta primavera tiene todos los ingredientes para que la naturaleza se exprese de la mejor forma posible. La nutria ha encontrado agua llena de peces y especies para alimentarse, lugares donde refugiarse y espacios para hacer sus desplazamientos", añade Juli Mauri.

El experto en fauna local asegura que la primavera es el momento de máximo resplandor de la naturaleza y cuando los animales se mueven con más naturalidad. El hecho de no "haber gente mirando" ayuda a que los animales puedan desarrollarse mejor. Sin embargo, reconoce que cuando toda vuelva a la normalidad "retrocederán, se esconderán y dejaremos de verlos, pero seguirán estando ahí".

La frecuentación humana influye, y mucho, pero esto no quiere decir que las nutrias hayan aparecido a raíz del confinamiento. Hace meses que la especie ha empezado a reproducirse. "No es cuestión del confinamiento, las crías ya tienen entre 5 y 8 meses, no han nacido ahora, aunque con la baja frecuentación humana se atreven a salir un poco más donde abunda el pescado, el cangrejo de río u otros alimentos que necesitan para su subsistencia. Como digo yo, son nutrias poligoneras, se atreven a pasar por espacios un poco peligrosos para ellas", bromea Mauri.

Según el Consorcio Besós Tordera, el retorno de las nutrias es fruto de los grandes esfuerzos que se han hecho para depurar el agua del Besòs: "Es determinante el desarrollo progresivo por toda la cuenca de los sistemas de saneamiento para lograr la recuperación gradual de la calidad del agua y de los entornos, hasta llegar a la situación actual, que ha permitido el retorno de especies tan emblemáticas y indicadoras de calidad como el martín pescador o la nutria".

Según el grupo de estudio formado por el Zoo de Barcelona, el Consorci Besòs Tordera y la Fundació Rivius, la reproducción de estos animales ratifica que el agua del río Besos está limpia en gran parte de su recorrido y que "no es el río más contaminado de Europa".

Grandes esfuerzos para depurar el agua del Besòs

Los investigadores del grupo empezaron a estudiar la especie en el 2014. Se centraron en dos cuencas hidrográficas "sometidas a una gran presión humana": la cuenca de la Tordera y la cuenca del Besòs. En ese mismo año, se detectaron los primeros rastros de nutrias en el río Tenes, "aunque ya se había dejado ver por la cuenca de la Tordera".

Para los expertos el hallazgo invita a un cierto optimismo respeto a la evolución de la calidad del agua, sin embargo, alertan que para asegurar la consolidación y viabilidad de esta población de nutrias: "Hay que seguir trabajando y destinando esfuerzos, sobre todo, en la mejora de la estructura de su hábitat, que todavía está muy castigada en la mayoría de los tramos de la cuenca". En este sentido, los científicos consideran "necesario" dejar más espacio al ecosistema fluvial y evitar "recaer en actuaciones de limpieza de vegetación del cauce" para garantizar la vida y la naturaleza de la zona.