Los perros, 'investigadores' indispensables para resolver casos como el de Laura Luelmo y Romina Celeste

Informativos Telecinco 17/01/2019 06:49

Capaces de llegar a donde el hombre no llega, tanto en labores de rescate como en trabajos de rastreo, exploración de lugares y detección de objetos, drogas, explosivos o restos biológicos, los perros son, en este ámbito también, nuestros mejores amigos.

Su extraordinario sentido del olfato, su inteligencia y su capacidad de trabajo y aprendizaje se ha convertido en esencial para la resolución de algunos de los casos más mediáticos que han sacudido a nuestro país.

Desde el caso de Diana Quer, –desaparecida en la madrugada del 21 al 22 de agosto y hallada muerta más de un año después, el 31 de diciembre de 2017–, hasta el de Laura Luelmo, asesinada en El Campillo, Huelva, tras desaparecer el 12 de noviembre del pasado año. En la resolución de ambos casos fueron esenciales los canes desplazados hasta el lugar.

‘Marley’ y ‘Athos’ participaron en ambos, como recoge un tuit de la Guardia Civil que cita a El Mundo. El primero es un perro de aguas y el segundo un pastor belga malinois. Ambos son igual de concienzudos y han sido adiestrados específicamente para la detección de restos biológicos. Conjuntamente, los dos animales fueron fundamentales para encontrar restos de sangre en el domicilio donde Laura Luelmo fue asesinada, a pesar de que Bernardo Montoya, su asesino confeso, se afanó en fregar todo con lejía para evitar dejar pruebas.

La desaparición de Romina Celeste

A los perros no se les escapa. Por eso ahora su inestimable labor se ha vuelto a requerir para participar en la búsqueda de los restos mortales de Romina Celeste, la joven desaparecida en Lanzarote tras una discusión con su marido el 31 de diciembre; justo en Nochevieja.

Por esa razón, y porque éste último tardó hasta 8 días en denunciar su desaparición, entre otros indicios, desde el primer momento la Guardia Civil ha centrado su atención en él como principal sospechoso. Tras detenerle, apenas unos minutos de interrogatorio después, Raúl Díaz, el marido de Romina, declaró que se encontró a su pareja muerta por sobredosis al llegar a casa. De ese modo, asustado, aseguró a los agentes que decidió lanzar el cadáver al mar.

Sin embargo, los investigadores no creen esa versión porque la Guardia Civil le vigilaba: él mismo le dijo a un familiar que la había matado. Llamó por teléfono y explicó que había habido una discusión y había acabado con su vida antes de descuartizarla. Fue el día 31.

Según ha sabido Informativos Telecinco, tres días antes, el 28 de diciembre, Romina acudió golpeada a un centro de salud. Había recibido, presuntamente, una paliza de su marido. No era la primera vez. Tres días antes de casarse, en agosto, Romina le interpuso una denuncia por malos tratos.

Intentó quemar sus restos en la parrilla de su casa

Tras, presuntamente, asesinarla, Raúl Díaz recorrió 1.000 kilómetros con su coche alquilado buscando donde arrojar los restos que no pudo quemar de Romina en una parrilla de su casa. Un vecino que vio una hoguera enorme ha sido clave también en la investigación.

Los especialistas de criminalística de la Guardia Civil saben que el marido de Romina lo limpió todo, porque ya estuvieron en la casa cuando aún no había sido detenido. Le pidieron ropa de Romina para que la olieran los perros de búsqueda cuando éste presentó la denuncia de la desaparición.

Los investigadores del crimen de Laura Luelmo están en el lugar

Con ello, el trabajo de ‘Marley’ y ‘Athos’ vuelve a ser crucial, mientras los distintos equipos implicados en la investigación buscan toda pista que facilite la reconstrucción del crimen que Raúl niega.

Junto a los dos canes, el mismo equipo de criminalística que se desplazó hasta El Campillo para analizar el asesinato de Laura Luelmo, se encuentra colaborando. Como en este último caso, Raúl Díaz también se empleó para no dejar sus huellas. Tuvo ocho días para limpiar hasta que interpuso la denuncia, presionada por las continuas llamadas de la familia. Le obligaron a abandonar la casa para precintarla dos días antes de la detención.

Una familia rota

La familia de Romina, de Paraguay, vive desde la desolación y la distancia las últimas novedades del caso. Allí, junto a ellos, Romina tenía un hijo pequeño. Pretendía traerlo a España, y precisamente la intención de hacerlo y la petición de dinero para el viaje con su hijo pudo ser lo que desencadenó la discusión, según se investiga.

Romina había llamado a su madre antes de desaparecer. Quedaron en volver a hablar para felicitarse el Año Nuevo, pero nunca más volvió a llamar, ni para interesarse por su hijo. Desde ese momento, y al ver que Romina, que llamaba habitualmente, no se ponía en contacto, empezaron a preocuparse y a telefonear a su marido, que no contestaba a las llamadas.

No podían pensar entonces que Raúl Díaz, al que la Guardia Civil considera violento y peligroso, es el principal sospechoso de su asesinato.