La presidenta del Parlamento gallego pide la intercesión del Apóstol para erradicar la violencia de género
EUROPA PRESS
25/07/201114:02 h.La presidenta del Parlamento de Galicia, Pilar Rojo, ha pedido este lunes, Día de Santiago, la intercesión del Apóstol para "no claudicar en el empeño conjunto de acabar con la violencia contra las mujeres" y para que "el resurgir de la economía" venga acompañado "de un nuevo florecimiento de valores imperecederos" como la solidaridad y el respeto.
Así lo ha señalado durante su intervención en la Ofrenda del Apóstol que ha realizado este año en calidad de delegada regia y durante la cual ha recordado la celebración en 2011 del 800 aniversario de la Consagración de la Catedral, el Camino de Santiago y el desaparecido Códice Calixtino, del que ha deseado "profundamente su recuperación".
En este sentido, ha afirmado que Santiago ha sido "a lo largo de los siglos" lugar de peregrinaje para miles de personas, una tradición que "pervive", como evidencia la "inmensa afluencia de peregrinos y visitantes durante el pasado Año Xacobeo 2010" y la visita del Papa Benedicto XVI a Santiago.
CRISIS
En su intervención, la presidenta del Parlamento gallego ha tenido también un recuerdo para la difícil situación económica actual y, en concreto, ha pedido al Apóstol Santiago que "ilumine" a la sociedad para que "ese resurgir de la economía venga a acompañado de un nuevo florecimiento de valores imperecederos" como la honestidad o la solidaridad, "que parecen a veces desdibujados de entre las prioridades cotidianas".
"Hoy vivimos inmersos en una grave crisis económica que tiene como principal consecuencia el desempleo que afecta a muchas familias", ha indicado Pilar Rojo, al tiempo que ha recordado que son "las mujeres y los jóvenes los que se ven más afectados por las dificultades causadas por la recesión más profunda de los últimos 50 años" que "causa desaliento e incertidumbre para una parte importante de los ciudadanos".
Pilar Rojo, que ha constituido la primera oferente mujer desde 2007, cuando lo fue la entonces presidenta del Parlamento, Dolores Villarino, ha tenido también un recuerdo para las mujeres en su invocación al Apóstol a través de la lucha contra la violencia de género.
En concreto, ha pedido al Apóstol "ánimo" para "no claudicar en el empeño conjunto" de acabar con la violencia de género, un "gravísimo mal" de la sociedad actual que "sobresalta y llena de pavor día tras día" a los ciudadanos.
En conjunto, la delegada regia ha pedido al patrón de España que "ayude a la humanidad" a "eliminar los más graves problemas que se le presentan", como las guerras, la violencia en todas sus manifestaciones, el hambre, las "formas diversas de esclavitud moderna" y el terrorismo, "azotes particularmente dolorosos en la época" actual.
GUÍA PARA LOS GOBERNANTES
Además, Pilar Rojo, que ha tenido palabras de recuerdo para el Rey en su primera Ofrenda como delegada regia, ha invocado al Apóstol para que "guíe a los gobernantes" para que "sean capaces de adoptar decisiones sabias y adecuadas a las necesidades del momento" en función del "bien común"
"Que sepamos dar forma a normas ajustadas a las necesidades de la ciudadanía, que faciliten la convivencia y hagan más fácil el día a día, huyendo de trabas y dificultades", ha señalado Rojo, que ha pedido también que Santiago "oriente a las familias para que actúen siempre como germen de convivencia y de respeto".
Al acto religioso, que se ha desarrollado a primera hora de este lunes en la Catedral de Santiago, han acudido numerosas personalidades, como el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo; el delegado del Gobierno en Galicia, Miguel Cortizo; el alcalde de Santiago, Gerardo Conde Roa --que vestía un traje de gala tradicional de la zona de Santiago--; el Fiscal Superior de Galicia, Carlos Varela; el Valedor do Pobo, Benigno López, y el presidente del Consello da Cultura Galega, Ramón Villares; entre otras personalidades sociales, políticas y militares.
La Ofrenda Nacional al Apóstol Santiago es una ceremonia que fue instituida en 1643 por Felipe IV y a lo largo de los años se mantuvo la tradición de que reyes, jefes de Estado o personalidades con las más altas responsabilidades invocaran al Patrón de las Españas los beneficios divinos para las tareas humanas.