Se cumplen 92 años de la primera intervención de una mujer en el Congreso, en la dictadura de Primo de Rivera

Se cumplen 92 años de la primera intervención de una mujer en el Congreso, en la dictadura de Primo de Rivera
Informativos Telecinco| Agencias
  • Empezó sintiendo la osadía por el hecho histórico que iba a protagonizar

  • Su nombre no aparece en el Diario de Sesiones, solo figura su título

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Hace 92 años, el 23 de noviembre de 1927, Concepción Loring se convirtió en la primera diputada española en tomar la palabra en el hemiciclo del Congreso. Fue bajo la dictadura de Miguel Primo de Rivera, mientras se reunía la Asamblea Nacional.

Este órgano, formado por más de 400 asambleístas y con solo 13 mujeres en el Salón de Plenos, se constituyó el 10 de octubre de ese año, y tuvo que pasar un mes para que la primer mujer hablara desde la tribuna.

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El nombre de Concepción Loring Heredia, de 59 años entonces, ni siquiera aparece en el Diario de Sesiones, donde solo figura con su título de Marquesa viuda de la Rambla. La mujer se había desembarcado en la Asamblea como representante de la vida nacional, cupo en el que se integraron once de aquellas primeras parlamentarias.

La diputada tomó la palabra para defender la necesidad de que la religión católica se estudiara de forma obligatoria en los institutos y con exámenes, interpelando al ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, Eduardo Callejo de la Cuesta por su propuesta de reforma de la Educación Secundaria.

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Casi pidiendo perdón

Pero antes de iniciar su discurso, tras su saludo protocolario, empezó casi pidiendo perdón por el hecho histórico que iba a protagonizar: "Sintiendo pues la necesidad de encontrar disculpa por lo que pudiese parecer osadía (y es obligación precisa) el ser la primera mujer que hace uso de la palabra desde este sitio y siendo tan notoria la superior competencia de mis compañeras..."

Aunque leyó su primera intervención, improvisó su réplica al ministro, habló de "españoles y españolas" y llegó a decir que temía "cansar" a su auditorio. Loring planteó que eran las madres las que formaban a "los verdaderos creyentes" pero que los alumnos debían recibir instrucción religiosa obligatoria.

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La novedad de una voz femenina fue comentada por el ministro en su réplica no exenta de cierto paternalismo. Callejo felicitó a Loring por haber sido "la primera dama" que hablaba en la Asamblea y por haber elegido "un tema muy simpático, muy español y genuinamente femenino".

Petición para colocar su nombre en el hemiciclo

Loring nació en una familia de la alta burguesía, pero se trasladó a vivir a Úbeda (Jaén) al casarse con Bernardo de Orozco y Moreno, Marqués de la Rambla y Grande España. Allí creó el Comité Local de la Cruz Roja. Tras su debut llegó a la Asamblea Nacional un escrito del cronista de la provincia de Jaén pidiendo inscribir su nombre en el hemiciclo como reconocimiento a la "valía, la significación y la influencia de la mujer en la vida social y política".

"Si en los muros del recinto donde la Asamblea Nacional se reúne, y labora y delibera por el engrandecimiento de España, hay escritos nombres que recuerdan momentos históricos de la vida nacional y señalan pasos gigantes en la evolución de su progreso, hecho histórico es (...) el solemne momento en que una mujer levanta por primera vez su palabra en el Salón de Sesiones", argumentaron, sin éxito.

Aún hoy, 92 años después, las inscripciones que hay en el hemiciclo del Congreso corresponden todas a nombres masculinos. En su día se pudo leer el de la heroína granadina Mariana Pineda, pero la cartela en la que figuraba junto a otros liberales como José María Torrijos y Francisco Espoz y Mina fue destruida durante la dictadura de Franco.