Lotería de Navidad, un calvario para los afectados por ludopatía: cómo advertir los síntomas

  • El bombardeo publicitario de estos meses puede resultar muy duro para quienes padecen esta enfermedad

  • Para un ludópata puede resultar muy difícil adquirir solo un décimo o dos: es posible que gasten todo su dinero en ello

  • La Navidad es especialmente complicada para el adicto por tener más dinero, más tiempo libre... y experimentar una mayor exposición a la posibilidad del juego

Cada año, la llegada de la Navidad comienza a anunciarse semanas (e incluso meses) antes de producirse, algo que tiene mucho que ver con el marketing y con la voluntad de marcas y comercios de impulsar el consumo. Turrones y polvorones comienzan a ocupar las estanterías de los supermercados, los anuncios de perfumes y juguetes invaden los espacios publicitarios... y todo el mundo habla con total naturalidad sobre la Lotería de Navidad, toda una tradición con la que cumple religiosamente un 75 por ciento de la población en nuestro nuestro país. Pero, ¿cómo afecta esta tradición en caso de sufrir ludopatía? ¿Qué consejos pueden seguir ambas partes para reducir este impacto?

Lotería de Navidad: un calvario para los afectados por ludopatía

Ningún adicto lo pasa bien exponiéndose a la causa de su adicción, y la ludopatía no es una excepción. Si bien existen leyes que regulan la publicidad relacionada con el juego y no todo vale a la hora de promocionar este tipo de actividad, lo cierto es que casos como el de la Lotería de Navidad se encuentran de alguna forma por encima de esta situación: es prácticamente imposible atravesar estos meses sin oír hablar de ella.

Y es que se trata de una tradición plenamente asentada sobre la que se habla constantemente en todo tipo de entornos: familiar, laboral... De hecho, incluso los más escépticos pueden acabar cediendo ante la presión de sus compañeros y comprando un décimo por el simple hecho de participar en una actividad social.

Para la mayoría de nosotros, no hay nada de malo en ello. Pero para aquellas personas que sufren de ludopatía, la normalización de este tipo de apuesta y el bombardeo mediático y social en torno a ello puede resultar muy duro, afectando a su recuperación o poniéndola a prueba.

Tal y como explica la clínica Síndrome Adicciones, "desde que estalló la crisis, muchas personas han buscado en los juegos de azar el golpe de suerte que la realidad les niega", al hilo de su mala situación económica. Esta desesperación puede llevar a muchas personas a caer en la adicción a los juegos de azar y, en este sentido, la Navidad se convierte en una época especialmente peligrosa para estos enfermos, ya que "cuentan con más dinero, más tiempo libre y más oportunidades de jugar".

No ayuda el hecho de que España es, junto con Alemania, el país europeo con una mayor tasa de personas con adicción al juego. Por eso es importante comprender que la persona ludópata, como el resto de las personas adictas, "pierde el control sobre sus actos, su voluntad y su vida a causa del juego". Y ello debe llevarnos a ser cuidadosos a la hora de hablar de eventos como la Lotería de Navidad en su presencia.

Así, una persona con ludopatía puede tener problemas a la hora de comprar solo un décimo o dos, pudiendo llegar a gastar todo su dinero en Lotería de Navidad o en cualquier otra apuesta. "Una vez se ha celebrado el sorteo y no han conseguido beneficio, recurren a las tragaperras o a las apuestas deportivas para intentar recuperar lo perdido." Y es que las expectativas de estos enfermos son "totalmente irracionales", confiando "plenamente en su suerte".

La misma clínica explica cuáles son los síntomas de la ludopatía como vía para poder reconocerla en nuestros seres queridos o en nosotros mismos, solicitando la ayuda necesaria. Uno de ellos es no tener capacidad para parar, dejando de lado las obligaciones y cargas laborales y familiares. También jugar con dinero que no nos podemos permitir perder, o dejar de disfrutar con las apuestas, convirtiéndose solo en una forma de aliviar un malestar. Jugar con la esperanza de recuperar lo perdido o aumentar la cuantía apostada son otros síntoma claros, así como anteponer el juego a otras actividades importantes.