Los psicólogos, claves en La Palma: miles de personas están "en shock" por haber perdido todo

  • Se han creado grupos de atención psicológica para los afectados de La Palma

  • Hay muchas "personas en shock" al perder sus hogares en La Palma

  • La situación es desoladora para muchos ciudadanos

Desde que empezó la erupción del volcán de La Palma hace tres semanas, uno de los objetivos fundamentales ha sido el de apoyar a los más afectados, a los que por culpa del volcán lo han perdido todo. Pasan los días y la desesperación afecta cada vez a más palmeros. Por eso, se han creado grupos de atención psicológica para acompañarles.

La situación es desoladora para muchos ciudadanos, que son incapaces de gestionar ellos solos todo lo que están viviendo en estos días. Por ello, la ayuda psicológica es fundamental en estos casos, y lo seguirá siendo durante los próximos meses para que superen el trauma que están viviendo.

Hay muchas "personas en shock" al perder sus hogares en La Palma

Felipe Lagarejo, uno de los psicólogos especialistas del GIPEC en La Palma, señala que asisten a "personas en shock" al perder sus hogares, enseres y recuerdos de toda una vida por lo que es necesario intervenir ante el estrés y el sufrimiento por la pérdida "y para evitar la que podría ser la peor de las consecuencias, el estrés postraumático".

Así, indica que la crisis volcánica en La Palma genera "consecuencias graves en lo económico, en lo social y en lo emocional", de ahí que se ya decidido una intervención psicológica "urgente" ante los altos niveles de angustia y estrés en las personas afectadas directamente, y que "puede ocurrir también" en el personal de las emergencias y los familiares.

En general, comenta, "se está viendo lo que cabría esperar de una situación como la que estamos viviendo, la aparición de sintomatología ansiosa, sentimientos de angustia, miedo, tristeza, rabia e irritabilidad".

Asimismo, indica que el "sentimiento de vergüenza" por tener que pedir o acudir a la solidaridad se ha venido a sumar como una emoción adicional al miedo, la tristeza, la rabia y la impotencia, "que les puede generar culpa".

Por eso, indica, "es un trabajo añadido que debemos hacer en la intervención, porque tenemos que trasladarles que no es su responsabilidad".

La diversidad de reacciones es lo que destaca la coordinadora provincial del GIPEC, Cristina García, que refiere a que son "dicotómicas" pues "unos que comen mucho y otros nada, unos que lo ven de forma más pesimista y negativa y otros que hacen uso de la resiliencia, pero en general, pocas personas necesitarán ir a terapia".