García Vidal ha explicado que ya se han perforado 45 metros de la galería vertical paralela a la del pequeño, estando previsto llegar a los 60 metros durante la noche del domingo. Una vez se concluya esta operación, habría que encamisar el pozo, en lo que se tardarían unas cinco o seis horas. Tras ello, a petición de la Brigada de Salvamento Minero de Hunosa, la galería vertical por la que ellos descenderán se rellenará con algo de tierra, en lo que se prevé emplear no más de dos o tres horas, para asegurar así su descenso.
Desde ese momento, la duración de los trabajos vendrá determinada por los materiales que estos especialistas, "con una tremenda experiencia en rescates y ejecución de trabajos parecidos", encuentren en su camino. No obstante, estiman que podrían ser unas 24 horas, ya que, manualmente, unirán la cavidad paralela con el lugar donde se estima que está el pequeño para proceder a su rescate.
Ha resaltado las dificultades provocadas en las tareas de perforación por los materiales geológicos existentes, al ser una unidad geológica "muy compleja", formada por filitas y materiales de composición más cuarcíticas. "Vamos de materiales duros a más duros y ese es el motivo fundamental por el que en determinados momentos la velocidad es más lenta; eso ralentiza toda la operación de perforación de la galería vertical", por lo que hacer una previsión es "complicado y arriesgado".
Pese a ello, ha considerado que si se sigue con la marcha actual se perforarán los últimos 15 metros esta noche, iniciándose el resto de procedimientos previstos. También ha recordado que para la labor de encamisado del pozo vertical paralelo al del niño se han estado haciendo trabajos auxiliares, que ya se terminaron.
"Seguimos trabajando intensamente, sin parar, y muy pronto esperamos alcanzar el objetivo deseado", ha insistido, y que no es otro que rescatar a Julen.
Esta zona del Dolmen del Cerro de la Corona poco tiene que ver con lo que era después de haberse movido más de 35.000 metros cúbicos de tierra en 36 horas. Como se ha venido indicando estos días por parte de los técnicos, se está ejecutando, a contrarreloj, una auténtica obra de ingeniería civil.
Tras descartar el túnel horizontal por dificultades con el terreno, se planteó hacer dos paralelos en vertical al pozo en el que cayó el pequeño que diesen acceso a los mineros a crear una galería.
El sábado concluyó la plataforma, situada 23 metros por debajo de la boca del pozo donde se halla el pequeño. Desde ese punto comenzó alrededor de las 13.45 horas a trabajar la perforadora de manera incesante a un ritmo de 6 metros por hora, pero tuvieron que ralentizar el ritmo al encontrar una dura roca de cuarcita. No obstante, esta dificultad podría ser beneficiosa para la seguridad del niño y de los propios mineros.
Durante la mañana del domingo se retiraron algunas de las máquinas que han estado trabajando esta semana en los movimientos de tierras. Además, llegaron miembros de los Tedax de la Guardia Civil por si fuese necesaria su participación.
Además, por la tarde se han producido las primeras pruebas con la cápsula metálica con la que descenderán los mineros por el túnel vertical ya que hay que asegurar que el instrumento aguanta el peso necesario. En la jaula entran dos personas o tres en necesidades de rescate y se maneja a través de una grúa de precisión, y tiene conductos preparados de aire; además de un adosado para cargar casi 500 kilos de tierra.
El trasiego de medios y efectivos es continuo. Son más de 300, por turnos, los que participan en estas labores de rescate del pequeño Julen en un municipio que se ha volcado, como una asociación de mujeres que prepara comida y otras empresas de localidades cercanas que también están repartiendo alimentos entre voluntarios y efectivos.
La Brigada de Salvamento Minero trasladada desde Asturias por el Ministerio de Defensa son el equipo de rescate en profundidad más experto. Lo forman picadores, barrenistas y mineros altamente cualificados y con unas condiciones físicas inmejorables. Forman parte de la élite, y serán los encargados de picar de forma manual los últimos metros hasta llegar a Julen.
En la brigada, que cuenta con más de 100 años de experiencia en las condiciones más adversas, va en retaguardia un médico que, una vez alcanzado y liberado el objetivo, se encarga de darle los primeros auxilios en profundidad.
Si bien cualquier trabajo requiere sumo cuidado para no cometer ningún error que comprometa la lucha contra reloj que todos los efectivos vienen desarrollando, esta última parte es especialmente delicada y exige, no solo una precisión casi quirúrgica, sino también la experiencia y profesionalidad necesaria: un derrumbe en el último momento resultaría fatal después de todo el trabajo puesto en ello. Evitar eso es el objetivo de la Brigada de Salvamento Minero de Asturias, que una vez más tendrá que volver a sumergirse bajo la tierra para, en medio de una operación tan compleja como agónica, adentrarse por las estrecheces del terreno formado por pizarra, –según indican los geólogos–, con la esperanza de encontrar a Julen.
Paradójicamente, el pozo en el que cayó Julen puede ser su gran esperanza. Son 25 centímetros de ancho y 103 metros de profundidad con paredes de filita, un mineral similar a la pizarra. Formas lascas que quedaron limadas al perforarse el túnel.
Al bajar 70 metros el pozo está bloqueado. A partir de esa profundidad hay más humedad, y el terreno es más inestable, pero la máquina aspiradora no puede deshacer el tapón con seguridad.
Los expertos aseguran que el tapón también se pudo formar porque el pozo no es completamente vertical. Precisamente, esa desviación al perforarlo pudo parar la caída de Julen.
Por su parte, el pocero se personó en la finca el mismo día que Julen cayó. Ya en aquel momento contó a la Guardia Civil que él había sellado el pozo un mes atrás. Lo hizo echando una piedra de grandes dimensiones y tierra encima. Él mantiene que alguien había quitado esa piedra y que para hacerlo había usado una excavadora. El pozo estaba hecho sin permiso de la Junta de Andalucía
A poco más de 10 km del pozo donde cayó Julen, encontramos otro. Informativos Telecinco ha localizado otro que es ilegal y está al descubierto. Apenas tiene unas ramas encima y es unos 35 cm de diámetro, por lo que hasta un adulto podría caer.
No obstante, la cifra podría alcanzar el millón según asociaciones ecologistas. El dato oficial de hace 12 años es de 510.000 pozos ilegales, que entonces extraían anualmente el agua equivalente al consumo de 40 millones de persona al año.
Se cumple una semana desde que el pequeño Julen, de dos años y medio de edad, cayese al pozo de Totalán, en Málaga. Desde entonces, un amplio dispositivo de rescate ha trabajado las 24 horas del día.
España y gran parte del mundo ha permanecido pendiente a cada instante de las noticias del rescate del niño. Son ya siete días en los que hemos asistido a una formidable manifestación de solidaridad sin perder la esperanza.
José y Vicky, los padres de Julen se encuentran en el interior de una vivienda que ha cedido una vecina de Totalán y donde han pasado ya dos noches.
Están constantemente acompañados por ocho agentes de la Guardia Civil y dos psicólogas que le están atendiendo en todo momento.
Además, en el interior de la vivienda les acompañan familiares y amigos mientras se llevan a cabo las labores de rescate del niño.
José, el padre del pequeño, ha hablado con el equipo de Informativos Telecinco fuera de cámaras y ha declarado que se encuentra "abatido", "agotado" y "muy preocupado". El progenitor de Julen ha confirmado que tanto él como su mujer Vicky están recibiendo ayuda psicológica, que no están saliendo de la vivienda y que reciben visitas de sus familiares y amigos. Además, también han confirmado que reciben todas las noticias y últimas horas de cómo avanza el rescate de su hijo.
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