{{#section.link.href}}
{{section.link.title}}
{{/section.link.href}}
A las diez de la manana el patio de la Residencia Nuestra Señora del Rosario, en Cádiz, es un trasiego constante de bombonas de oxígeno. Son para los residentes que necesitan ese aporte extra para defenderse contra el Covid-19. El centro es este miércoles un recinto aislado en el que todo, todo, se hace con la máxima seguridad y los equipos necesarios.No es para menos, En las últimas dos semanas han muerto aquí una treintena de residentes. Pedro asoma un momento a la puerta en un descanso. Trabaja para una empresa externa, pero lleva un EPI completo para cumplir con su labor
"Hoy estamos mejor, nos está ayudando gente del SAMU de Sevilla, que son expertos en seguridad", dice este trabajador. "Tenemos todos los equipos necesarios. También hay sanitarios de la Junta, y entre todos vamos a sacar esto para delante".
Esto, es salvar la vida de loa ancianos que permanecen en esta residencia . Dentro los trabajadores, con sus correspondientes equipos de protección, atienden sus necesidades, mientras muchos de estos mayores toman el sol sentados en sus habitaciones. Carmen, risueña, se asoma a la calle al ver el más mínimo movimiento. Esta aburrida de su aislamiento.
"Voy para los cien", afirma desde su ventana. "Calcula, nací en el año treinta" ¿La han vacunado? "La primera dosis, dice"
La situación dicen se ha estabilizado afirman desde la Consejería de Salud, pero tanto ayuntamiento como sindicatos afirman haber manifestado su preocupación a la Junta ya a mediados de enero por el elevado número de contagios que se estaba registrando en la residencia.
"El día 15 de enero pedimos la medicalización a la vista la situación que se estaba provocando", cuenta el alcalde de Los Barrios Miguel Alconchel. "Evidentemente y por desgracia hay que lamentar el fallecimiento de una treintena de residentes, pero de unos días a esta parte la situación ha mejorado".
"No se le prestó la atención debida cuando empezó a haber contagios de usuarios y trabajadores", afirma José Porras, de UGT. "Y claro, cuando se llega a tener cien usuarios contagiados, eso repercute inmediatamente, el virus hace estragos. La cadena de fallecimientos se veía venir".
La residencia es, en estos momentos, el punto más preocupante de una población que ya de por si está preocupada. La incidencisas supera los 1000 casos por 100.000 habitantes.
"Llevan muchos días subiendo y bajando las ambulancias llevándose gente de ahí", explica un vecino. "También hemos visto salir muchos coches fúnebres. Está la cosa mala, da respeto".
Desde la residencia nadie hace declaraciones. No tienen tiempo para ellas. Sus esfuerzos se centran en hace frente a una pandemia que paso por aquí ,con mucha menos fuerza, en la primera y la segunda ola.
s