Residencias sin ataduras: la Unidad Amigable, una alternativa para cuidar con dignidad a los más mayores

  • La Unidad Amigable, de la residencia La Nueva Oliva, no cree en las ataduras físicas ni mentales para los más mayores en estos centros

  • El objetivo es entender las necesidades de los pacientes con trastornos conductuales y darles un trato digno

  • Los resultados positivos de la Unidad Amigable son más que visibles : "Los comportamientos agresivos se reducen"

España es uno de los países occidentales con mayor tasa de ataduras a mayores en residencias. Una práctica demasiado extendida por los centros para ancianos de nuestro país, cuyo principal objetivo es tratar de 'controlar' a aquellas personas que no se encuentran en sus plenas facultades mentales o físicas. En cifras, el 23% de los residentes estarían sometidos a estas abusivas terapias, según un informe de la Confederación de Organizaciones de Mayores, Ceoma.

Mantener atados a los residentes "es un maltrato"

Que sea una práctica habitual y extendida no quiere decir que sea correcta, eficaz, ni la única alternativa posible. Prueba de ello es la Unidad Amigable de la residencia de mayores La Nueva Oliva, situada en el municipio toledano de Pantoja, que tiene capacidad para 17 residentes.

Este complejo residencia rechazó, desde el año 2018, las ataduras como medio para mantener calmados a sus pacientes y dedicó una de sus áreas a crear una unidad específica -con una inversión de 100.000 euros-, para dar un trato digno a sus pacientes. "Teníamos una serie de residentes que tienen trastornos conductuales, como alzhéimer y otras demencias, y fuimos conscientes de que no estábamos dando la respuesta que se merecían", explica el director del complejo, Ángel del Oro, para quien mantener atados a los residentes "es un maltrato", por el que cada día lucha para que llegue a su fin.

Ni ataduras físicas ni mentales: "Trabajamos en la reducción de psicofármacos"

"Somos pioneros y seguimos trabajando en que estén completamente libre de sujeciones. No se permite ningún tipo de sujeción a los mayores que están ahí, ni el resto de la residencia", expone el director. Ángel no cree en ataduras físicas ni mentales. "Trabajamos también en la reducción de psicofármacos, que pueden estarles produciendo una atadura química", manifiesta.

La Unidad Amigable es un espacio diferente, pero cuyo objetivo es el mismo que el del resto de la residencia: que los mayores se sientan bien y puedan sobrellevar mejor su día a día. Se trata de un espacio de convivencia de mayores que padecen deterioro cognitivo y distintos tipos de demencias en estado avanzado, por lo que sus comportamientos, como la deambulación constante, las reacciones agresivas o los intentos de huida, a menudo, se vuelven difíciles de entender y tratar. Y para ello, la mejor terapia es un personal cualificado, conocimiento, paciencia y un lugar agradable, que les transmita seguridad. "Por ejemplo, en la Unidad Amigable tenemos trampantojos en las puertas, es decir dibujos, platas, etc., que hacen que no parezca una puerta. Esto hace que la ansiedad por salir y escapar se reduzca", explica Laura Pleguezuelos, psicóloga y coordinadora de la Unidad.

La Unidad es totalmente independiente. Cuenta con comedor, gimnasio, sala de terapias, sala de tele, dormitorios y una sala de estimulación multisensorial, donde los pacientes pueden calmarse cuando lo necesiten. Sin necesidad de ataduras ni fármacos. Únicamente, estimulando sus sentidos, con diferentes técnicas, como la combinación de luces para que se sientan en un espacio agradable y pacífico, para favorecer la comprensión de sí mismo. "El objetivo es hacerles un traje a medida, entender sus necesidades y tratarles cómo se merecen", asegura María del Prado Camacho, personal de atención directa de la Unidad Amigable.

La formación y reeducación del personal es "fundamental"

Los resultados positivos de esta terapia alternativa y sin ataduras saltan a la vista. "La evolución resulta muy evidente en el día a día, con su estado de ánimo, con su disposición, colaboración... Los resultados son muy buenos. Los comportamientos agresivos, autolíticos y hacia los demás, se reducen en frecuencia y gravedad".

Un método alternativo, que poco a poco va implantándose en otros puntos de España, aunque no sin dificultades. "La estructura de los edificios es la que es, la economía, las plazas públicas se pagan muy justamente y las privadas no están al alcance de todos los bolsillos y muchos menos de las pensiones", comenta el director. Tampoco se dedica lo necesario para la formación del personal, algo "fundamental", para Ángel. "Nosotros contamos con una formación de muchos años y ahora tenemos que reeducarnos en la atención centrada en la persona, para darle ese empoderamiento a los mayores", explica. Los grandes olvidados de la sociedad. Una tarea muy difícil, pero que tiene claro, será posible. "No es fácil y será un proceso largo hasta conseguirlo". Pero se conseguirá.