Una razón para explicar una controvertida sentencia: La víctima de Arandina tiene una edad mental de 13 años

  • La sentencia no tiene en cuenta sus comentarios en redes donde quería parecer mayor

  • La víctima no encaja con facilidad y tiene amistades superficiales

  • La sentencia cree que habló de felaciones voluntarias porque ocultaba la verdad

Ha sido uno de las sentencias más controvertidas de los últimos tiempos. Y aún tiene recorrido judicial porque habrá recurso y porque las contradicciones de la víctima, los años de pena y algunas de las circunstancias del caso han generado discusión entre los expertos. Los jugadores del Arandina tendrán casi tanta pena como Bretón por matar a sus hijos.

Son 38 años de cárcel como autores de la agresión sexual sobre una menor de 16 años. Más que la Manada de Pamplona. En concreto, a cada uno de ellos la Audiencia de Burgos les impone una pena de 38 años de privación de libertad.

Olga Navarro, abogada de uno de los jugadores condenados por agresión, ha manifestado su indignación por la sentencia del caso: “En la sentencia pone que la versión de la víctima está llena de contradicciones”. Presentará recurso porque considera la sentencia insostenible y no se han tenido en cuenta muchas de las pruebas presentadas".

Cooperadores necesarios

La clave de una condena tan alta es que se condena a cada uno los acusados como autores de un delito de agresión sexual, con acceso carnal en forma bucal, contra una menor. La pena es tan alta porque cada uno de los acusados es condenado como autor por los hechos realizados por el mismo y como cooperador por lo realizado por los demás. Se aprecia, además la existencia de intimidación ambiental y se tiene la constancia de que todos sabían que la joven era menor.

Pero la controversia ha ido más allá. Primero porque la indignación de los acusados, "somos unos pardillos, no hemos hecho nada... parece que hemos matado a alguien", y de su abogada defensora, "no se cómo pueden dormir tranquilos", ha dado paso a la amenaza de filtrar comentarios y vídeos en las redes que dejarían en mal lugar a la menor, que sí que entró en contradicciones.

Por qué entonces esta vez se ha creído a pies juntillas a la joven. Los psicólogos que la entrevistaron dedujeron que la víctima tenía una edad mental de 13 años. Una adolescente poco madura y como le sucede a otras muchas chicas de su edad, obsesionada con la redes sociales y la imagen que estas proyectan de ellas. Por eso, deduce la sentencia, sus comentarios virtuales no hay que tenerlos en cuenta.

La menor manifestó que había hecho felaciones de forma voluntaria

En ellos manifestaba, como recoge la sentencia, que había estado con los jóvenes de forma voluntaria, que les había hecho felaciones y que iba a seguir quedando con ellos. E introducía un elemento nuevo: que si estos hablaban de más se inventaría cosas.

Los expertos creen que era un mecanismo defensa ante lo ocurrido

Pero en la sentencia se estima que la joven no miente sobre los hechos expuestos, solamente que teniendo un sentimiento de culpabilidad, no deseaba que sus conocidos supieran la verdad de lo ocurrido. Y por eso, optó por decirles que había realizado los actos sexuales de forma voluntaria e incluso alardear de ello. En la sentencia se considera real lo que le contó a sus hermanas, a sus padres, a los más cercanos con los que sí tiene confianza mecanismo de defensa por su sentimiento de culpa.

La joven tiene dificultades de integración y está obsesionada con las redes

El equipo psico-social que se entrevistó con la menor y emitió informe ratificado en el Plenario, considera que tenía una dificultad de integración social, manteniendo relaciones de amistad superficiales, otorgando gran importancia a su imagen corporal, buscando la aprobación y refrendo de las redes sociales, mostrando inmadurez y poca reflexibilidad.