Maridos, hijos, cuidadores… la violencia que no cesa para las mujeres mayores

telecinco.es 22/11/2018 12:39

Las administraciones ponen cada vez más recursos y medios para reducir los niveles de violencia machista que padece la sociedad. Los resultados siguen siendo escasos y aunque se avanza en la conciencian de las nuevas generaciones para logran una auténtica igualdad de género, lo cierto es que hay una parte de la población que queda al margen de estos esfuerzos.

Se trata de las mujeres mayores de 60 años. Este colectivo desconoce en gran parte las herramientas que la sociedad ha ido construyendo para protegerlas y desconfían de la administración de Justicia por las malas experiencias vividas.

El miedo, la vergüenza o la ocultación han sido las armas que estas mujeres han utilizado con escasa suerte para enfrentarse a estas situaciones. Casi la cuarta parte de las mujeres que han participado en el estudio (22,3 %) reconocen haber sido maltratadas en algún momento de su vida y que el maltratador había sido su pareja de siempre.

Todas estas mujeres fueron víctimas de cualquier tipo de violencia ejercida contra ellas. En mayor o menor medida había padecido violencia psicológica (25%), económica (13,9 %), social (13.7 %), sexual (13 %) o física (9 %).

Para estas generaciones nacidas en las décadas anteriores a 1958 , las situaciones de violencia más habituales fueron los gritos, las críticas hacia ellas y el sentirse tratadas con indiferencia por parte de sus parejas (tres de cada cuatro mujeres lo han vivido).

La mitad de ellas ha señalado que sus parejas tomaban decisiones por ellas, les impedían hablar con otros (sobre todo si eran personas del sexo opuesto), las han empujado, o controlaban con quien salían y, consecuentemente, ellas les tenían miedo. Casi una de cada dos mujeres ha dicho que además les avergonzaban delante de los demás, les habían levantado la mano y les impedían ver a la familia y a sus amigos.

La sociedad les impuso un muro de silencio y rechazo cuando las más valientes de ellas intentaron denunciar su situación o cuando quisieron emprender el complicado proceso de divorcio o separación.

Esta sensación de soledad tampoco les abandonó cuando vieron la luz las primeras normas de lucha contra violencia de género. Faltó atención psicológica, faltó también implicación de la administración de justicia y faltó sensibilidad social para no mirar hacia otro lado.

La violencia ha sido el compañero más fiel de muchas de estas mujeres que han llegado a la senectud conviviendo con sus maltratadores. Incluso ahora, muchas de ellas han de soportar una nueva forma de violencia, aquella que se ejerce por cuidadores y familiares y que se conoce como ‘violencia contra personas mayores’.

La mayor parte de estas mujeres de más de 60 años son ahora más vulnerables por el simple hecho de ser mayores. También son conscientes de que esta violencia es producto destacado de una sociedad machista, en la que su papel solía circunscribirse a la familia dentro de un matrimonio conservador.

El que la sociedad se haya volcado en atender a las mujeres jóvenes las ha dejado apartadas y vulnerables lo que supone una importante barrera para la detección y atención de esta violencia pues los recursos sociales no estan adaptados a la edad.