12 pisos a pulso: así subieron a casa a Enrique durante el apagón de luz en Valencia
Su hija, su yerno, la cuidadora y un vecino consiguieron subirlo por las escaleras
A Isabel, otra mujer con diálisis, la subieron a su vivienda en un piso 14 el auxiliar de la ambulancia y un vecino con una silla de ruedas especial
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ValenciaTres veces por semana, Enrique de 89 años acude a diálisis al hospital. Este lunes, después de recibir el tratamiento se encontró con un problema que no esperaba, la luz se había ido y al necesitar silla de ruedas para desplazarse no podía utilizar ni el ascensor ni el montacargas de su edificio tras el apagón para subir a su vivienda situada en la planta 12 de un edificio del distrito de Algirós en Valencia. "Nos extrañó un poco. Un vecino nos dijo que había sido por un problema con un piso que habían sobrecargado la red, pero luego nos enteramos que se había ido la luz en toda Valencia", explica Enrique Mangas.
Preocupada, esperándolo en casa estaba su mujer Raquel, que también sufre problemas de movilidad, que al ver que no llegaba empezó a llamar hasta que consiguió contactar con la chica que los cuida y que se encontraba con su marido. "Le dije que lo llevara al bar de al lado a comer algo porque viene destrozado de la diálisis, además la pobre tuvo que subir a por las pastillas que necesita porque está muy delicado tras sufrir tres infartos", recuerda Raquel, que desde ese momento ya no pudo volver a contactar con nadie porque se le acabó la batería del móvil.
Después de comer una ensalada y un yogur, las horas pasaron y Enrique agotado tras la sesión de diálisis necesitaba llegar a casa a descansar. La única solución, subirlo a pulso entre su hija, su yerno, la chica que le cuida y un vecino que se ofreció a ayudar. Una tarea peligrosa y agotadora. "Fue muy malo porque peso unos 70 kilos, más la silla de ruedas y entre todos me subieron", recuerda el hombre.
En la puerta de su casa emocionada le esperaba Raquel. "Él subió llorando y yo también al verlo", cuenta la mujer.
Sin electricidad para el respirador artificial
Una vez solucionado el primer contratiempo serio, había otro problema, Enrique necesita un respirador artificial porque sufre de insuficiencia pulmonar, pero el aparato funciona con la corriente eléctrica. "Lo tumbamos en la cama para que descansara, pero no le pudimos poner el respirador y entre eso y que estaba muy nervioso no pudo dormir la siesta ni durante la noche, hasta que al final volvió la luz de madrugada y se lo pudimos poner", recuerda Raquel, que describe el día del apagón como "muy malo, además venimos de la DANA y estamos todavía muy sensibles".
14 pisos para subir a Isabel
A Isabel, vecina también del barrio de Algirós, el apagón le pilló en el hospital en medio de la sesión de diálisis. "Se fue la luz y no pudieron terminarla", explica la anciana. Pero el principal quebradero de cabeza de esta mujer era cómo iba a subir a su casa, situada en una planta 14. "La ambulancia me llevó a casa y fue cuando comprobamos que el ascensor no funcionaba porque no había luz", recuerda.
Con una silla especial y la voluntad del auxiliar de la ambulancia y de un vecino se dispusieron a subirla. "Me subieron con la silla a pulso, con las escaleras a oscuras y con un esfuerzo tremendo", asegura Isabel, muy agradecida con sus ángeles de la guarda.
Ya en casa, sin luz, pasó algo de miedo y preocupación junto a la mujer que la cuida. "Nos apañamos como pudimos, comimos algo frío y hasta que volvió la corriente".
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