Blanca, la joven valenciana que dejó la moda para criar terneros: "Es como una guardería de toros"

Blanca enseña a una niña uno de sus terneros. AVA-ASAJA
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ValenciaSu ilusión fue siempre dedicarse al mundo de la moda y después de formarse, Blanca consiguió trabajo en una boutique. Su espíritu emprendedor le llevó más tarde a crear su propia marca de tocados de boda, además de dar clases en una academia de moda.

Cuando ya había conseguido introducirse en el mundillo, estalló la pandemia de Covid y dejó su piso alquilado en el barrio de Benimaclet para irse a la granja de sus padres en El Palomar, en la Vall d´Albaida (Valencia). "Pensé que era mucho mejor pasar el confinamiento en una casa de campo que en un piso en la ciudad", recuerda.

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En la granja, su padre levantó una explotación ganadera después de dejar el sector de la construcción tras la crisis inmobiliaria del 2008. Fue en esos meses donde descubrió su nueva vocación, criar terneros. "Cuando son bebés pasan de la leche al pienso. Nos los traen con 21 días de vida, en lotes de unos 120 animales y me encargo de hacerles el proceso de destete. Es como una guardería de toros", explica Blanca, que detalla que "durante un mes y medio les voy dando dos o tres tomas de leche, les ponemos las vacunas y estoy muy pendientes de ellos porque son muy vulnerables como los bebés, hasta que arrancan a comer pienso". A partir de ahí, siguen criándolos durante otro mes y medio hasta que son enviados a otras granjas para seguir con el proceso de engorde.

Emprendedora

Como su padre, Blanca siempre trata de buscar nuevos proyectos, y en el mundo de la ganadería también hay oportunidades de crecer, a la vez que contribuir en la sostenibilidad del sector. Para ello todo el estiércol que se genera en la granja se transporta a campos de olivos de una almazara en El Teular, donde se emplea como fertilizante natural, cerrando el ciclo productivo y contribuyendo a la economía circular.

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También consiguió la cesión de unas tierras en desuso de la Confederación Hidrográfica del Júcar para cultivar avena. "Estaba lleno de escombros, lo limpié, lo nivelé y planté avena para alimentar a mis animales y lo vendo para otras granjas".

Hace un año, inició una prueba con maralfalfa, una gramínea de alto rendimiento que requiere menos siembras anuales que otros forrajes y permite realizar hasta seis cortes al año. "Es mucho más rentable, pero ahora lo tengo parado porque requiere muchas horas, aunque lo retormaré".

Blanca también trabaja en conseguir que la granja sea autosuficiente y la instalación dispone de 36 placas solares para el suministro energético y de un vehículo 100% eléctrico con su propio cargador instalado en la explotación.

Granja escuela

Su próximo proyecto es crear una nueva idea de granja escuela en su explotación en 2026. "Surgió de las visitas que nos hacen los amigos de mi hijo de tres años y me di cuenta de lo mucho que les llamaba la atención", cuenta Blanca, que explica que "enseñaremos a niños y turistas el proceso de destete de los terneros y los otros animales que tenemos". Además, de esta visitas, tiene previsto organizar eventos personalizados en la explotación, donde cuenta con una casa rural y una piscina. "No solo buscamos mostrar los cuidados que reciben los animales, sino también acercar a la gente al mundo rural, enseñar el valor de la alimentación saludable, el trabajo del campo y la importancia de mantener vivas las tradiciones”.

Para ello, va a plantar un huerto con las hortalizas que se utilizan en la paella valenciana, además de realizar actividades gastronómicas entre las que destacan un taller en el que los visitantes aprenderán a preparar su propio plato tradicional, desde la selección de ingredientes hasta la cocción, guiados por expertos cocineros.

En paralelo, la joven ganadera trabaja en crear su própia página web para la venta de productos artesanales y se mueve en redes sociales para mostrar lo que hacen y llegar a más personas: “Buscamos dar valor al trabajo rural, resaltar la importancia de la alimentación natural, la sostenibilidad y las tradiciones locales, y ofrecer un entorno educativo y de ocio único, donde los visitantes puedan aprender, disfrutar y conectar con la naturaleza. Espero que mi experiencia como emprendedora y madre sirva de ejemplo y anime a otras mujeres a apostar por el mundo rural, un ámbito que me brinda paz, tranquilidad y orgullo por liderar un proyecto con mi familia”.