Álex Lequio posa con sus padres y cuenta el estado actual de su enfermedad

telecinco.es 19/12/2018 11:45

El joven ha comenzado la entrevista confesando que el motivo principal de la entrevista es normalizar la enfermedad y que todo el mundo que pueda sentirse identificado con lo que está viviendo, pase un rato divertido: "Me gustaría que la gente que lea esta entrevista pueda pasar un ratito divertido, y que esté donde estén y en la situación que se encuentren, sepan que siempre hay esperanza. La palabra cáncer es como un tabú, tiene una especie de halo que la rodea que hace que nadie le guste hablar o pensar en ella. Me gustaría llegar a normalizar e incluso vulgarizar la palabra, para que la gente lo vea como un simple diagnóstico médico más". Un camino constante de lucha y optimismo que lleva meses andando tal como hemos recogido en el vídeo que encabeza esta noticia.

Muy positivo ante la enfermedad, Álex ha asegurado que sigue siendo la misma persona que antes de enterarse de la noticia. Además, ha confesado que, tanto él como su familia, han mantenido la positividad durante todo el proceso. "Sigo siendo el chico despistado de siempre. Sigo siendo un bandido. Entiendo la gravedad de la situación, pero ni yo ni mis padres hemos perdido el sentido del humor. Somos una familia que nos reímos de todo, y así vamos a continuar", ha comentado.

Álex Lequio ha revelado lo que sintió al enterarse del diagnóstico y cómo ha reaccionado desde entonces. El hijo del colaboradora de 'El programa de Ana Rosa' ha asegurado que la enfermedad le ha hecho exprimir la vida de manera mucho más intensa: "Cuando me pasó esto, digamos que me di cuenta de que no podía confiar en que, después de este tren, vaya a pasar otro. Y ahora estoy como loco, intentando saltar y subirme a cada uno que pasa. No hay que dramatizar".

Tras ser preguntado por el apoyo que ha recibido por parte de su entorno durante el proceso, el hijo de Alessandro Lequio y Ana Obregón ha explicado que tiene un círculo muy reducido de amigos, entre los que se encuentran sus padres, que han estado a su lado en todo momento. "Yo no soy especial, estoy en esta situación y hay personas que están en otra, peor o mejor que la mía. Creo y espero que esta simpatía que la gente me demuestra sea igual para todo el mundo, no por ser un personaje público. Tengo seis amigos, dos de ellos son mis padres. La cercanía que tenemos los tres juntos es tan fuerte que somos los mejores amigos, no hay acontecimiento que pueda unirnos más", ha asegurado, muy orgulloso de la relación que mantiene con sus padres.

El joven ha aprovechado la entrevista para reivindicar el perder el miedo a esta enfermedad, convencido de que es un diagnóstico como otro cualquiera. Además, muy ilusionado con su empresa de marketing, Álex ha confesado su deseo de seguir los pasos de su abuelo en el terreno profesional: "Que no dé tanto miedo hablar de cáncer. El cáncer no es síntoma de fatalismo y muerte, es sinónimo de vida. Tengo dos pilares fundamentales en mi vida: el primero es la familia y el segundo es el trabajo. La ilusión más grande que tengo es parecerme empresarialmente a mi abuelo".

Con una positivdad asombrosa, Álex Lequio sigue afrontando su enfermedad con una entereza admirable. El hijo de Ana Obregón cree firmemente en que tu estado de humor influye de manera positiva en los acontecimientos. "Nunca he pasado la línea. No me he venido abajo. Cuando eres una persona positiva, aunque te vengas abajo, siempre sigues estando en el lado positivo de las cosas. Yo, como me río de todo, pues también me río de esto. Mirarme al espejo y parecer un reptil me hace gracia, si te digo la verdad", ha comentado.

Por último, el joven empresario ha asegurado que lucha contra su enfermedad con toda la fuerza, a la espera de todo imprevisto que pueda venir. Además, ha asegurado que todavía le queda un largo camino de revisiones y tratamiento: "Voy a seguir mi camino, pero voy a tener que esforzarme un poco más para poder seguir a la misma velocidad. Es una enfermedad en la que desconoces las ideas y venidas, tienes que tomarte cada día como si fuera el último. Me quedan diez años de supervisión".

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