Las culpables (para bien) de que Jorge Javier Vázquez haya repensado su concepción de la fama no son otras que Ylenia Padilla y Sofia Suescun. La primera, expulsada in extremis de la casa. La segunda, repescada y recibiendo una segunda oportunidad de la audiencia. Ambas tienen algo en común: son tan queridas como odiadas. Quizá por eso su popularidad les ha jugado alguna mala pasada.
"Una de las cosas más complicadas de esta profesión es lidiar con la opinión que de ti tienen los demás porque te obliga continuamente a cuestionarte, a preguntarte si eres como te ven, a descubrir rasgos de tu carácter que no pensabas que tenías", ha escrito el presentador de 'Sálvame' al respecto, llegando a tildar el trabajo en la televisión como "esquizofrénico".
Jorge Javier Vázquez es muy consciente de las críticas. Tanto en redes sociales como en los medios de comunicación. "Escriben sobre mí que soy soberbio, con mal perder y poco habituado a aceptar las críticas de la prensa", confiesa en su blog. Según él, en otro momento de su vida se habría enfadado al leer estas palabras. "Ahora, esas líneas me hacen pensar".
El presentador asegura sentirse identificado con Ylenia en su forma de enfrentarse a las críticas. Comprendió su comportamiento al abandonar la casa y reaccionar a los abucheos del público. Porque le recordó al miedo a asumir sus errores de sus inicios en la televisión. "Transformé esa inseguridad en prepotencia. Esa fue mi manera de luchar. Y me equivoqué, pero no he sido capaz de reconocerlo hasta que me he sentido seguro en mi trabajo", cuenta.
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