Pelayo rompe en llanto al recordar la muerte de su exnovio, David Delfín, en el puente de las emociones: "Siento que está de viaje y que volverá"
El concursante no ha podido resistirse al pisar el peldaño "más difícil para él" y recordar uno de los momentos más trágicos de su vida
El diseñador se abre como nunca al recordar el bullying que sufrió: "Un día llegue a clase y ninguna de mis amigas me hablaban..."
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Pelayo Díaz se ha enfrentado a un emotivo y lacrimógeno puente de las emociones en donde ha revivido los momentos más importantes de su vida. Su familia, el bullying que sufrió de pequeño, el éxito que ha cosechado y que, quizás, en alguna etapa no ha sabido cómo gestionarlo, y un peldaño que le ha costado más que ningún otro: el de Bimba y David Delfín, dos personas súper importantes para él que murieron con tan solo cinco meses de diferencia y que marcó un punto de inflexión en su vida. Por último, también nos ha actualizado sobre su situación amorosa actual, confesando lo "enamorado" que está de Gal Marom, con quien protagonizó un emotivo reencuentro en Honduras.
El primer peldaño que pisaba Pelayo sería "familia", que hacía resoplar al concursante. "Vengo de una familia no muy grande, somos pocos. No nací en una familia que lo tenía todo, trabajó duro para darnos todas las oportunidades que queríamos escoger. Estaré eternamente agradecido siempre a lo mucho que se empeñaron en nuestra educación. Hoy en día me doy cuenta de que las cosas no te las regalan. Gracias a la infancia que he tenido estoy donde estoy hoy", señalaba un Pelayo que confesaba que tiene a "toda su familia tatuada".
"Siento que no les veo tanto como quisiera, pero me fui persiguiendo un sueño en una universidad en Londres. Cuando hice la prueba de acceso y me aceptaron fue la primera vez que vi a mi padre llorar diciendo que había hecho ese trato conmigo porque sabía que lo iba a conseguir", aseveraba Pelayo. Un Pelayo que rompía a llorar, recordando ese momento: "Me he prometido que mínimo un fin de semana al mes voy a subir a Asturias a ver a mi familia. Estando aquí me he dado cuenta de que la familia que tenemos y la que elegimos -mis amigos- es mi prioridad total".
Pelayo se sincera sobre el bullying que sufrió
El siguiente peldaño era "bullying", un peldaño muy complicado para el diseñador: "Estudié 14 años en un colegio de monjas. Lo pasé muy mal. Pasé cosas que a mis padres no les he dicho nunca. Sé que está a la orden del día, pero siento que desde pequeño era el enano, el maricón, no se me escuchaba, no se me hacía caso, no me escogían para jugar en el colegio, jugaba con las niñas... un día llegue a clase y ninguna de mis amigas me hablaban. Y vino una amiga y me dijo que la monja les había pedido que yo tenía que hablar con los niños. Estuve así una semana sin que me hablaran porque a una monja se le había ocurrido eso".
Una etapa que ha dejado secuelas en Pelayo: "Siento que para que se me escuchara tenía que ser súper cortante. Hoy en día soy muchas veces brusco y cortante cuando en realidad no hace falta. No tengo que ser ese Pelayo ya. Es algo que quiero cambiar y que curiosamente trato así a la gente que más me importa. Tuve una discusión muy grande hace tres años con mi hermana y me siento mal desde entonces. Nos dijimos cosas que duelen... y no hace falta ser así ya".
El éxito de Pelayo
Posteriormente, Pelayo avanzaba hasta el peldaño "éxito": "El éxito hay veces que tiene truco. Con cada broma en el colegio me hacía más fuerte y tenía claro que iba a conseguir la vida que yo quisiera. No me puedo quejar. Me vino bruscamente y siento que fue tan del día a la mañana que no sé si me aclimaté del todo".
Y es que Pelayo ha reconocido que el éxito que ha tenido ha llegado a incomodarle a sus amigos: "Me arrepiento de lo mal que lo gestioné. No sé si la gente puede entender eso. Era como que de repente no tenías libertad porque no puedes disfrutar de momentos privados. Me acuerdo ese verano de estar cenando con mi familia y y que fuera imposible. Acabó el verano y me lo empecé a tomar de otra manera. Ahora lo he aprendido a gestionar".
El peldaño más difícil para Pelayo
Llegaba el peldaño más difícil para Pelayo: David y Bimba. "A Bimba le voy a estar agradecido toda la vida. Ella fue quien me enseñó a David Delfín. Y de David, qué decirte. Seguro que mis padres se acuerdan cuando una noche cenando vi por las noticias que un diseñador había encapuchado a sus modelos y dije: 'Mamá, quiero conocerle'. Siempre le dejaba una carta cuando le visitaba explicándole lo que le admiraba y la inspiración que me había dado en el arte. Bimba y yo coincidimos en una Fashion Week y me llevó de la muñeca a conocer a David y me quedé mudo. Nuestra amistad empezó porque él me mandaba libros a Londres y yo se lo devolvía con una carta".
Pelayo ha confesado que en ese momento no podían estar juntos porque tenían pareja hasta que, después, ya sin pareja, tuvieron una cena que lo marcó todo: "Vi a David con la cicatriz y ya sabía que estaba como enamorado. Cuando le vi de espaldas después de ir al baño... estaba enamorado hasta las trancas. Estuvimos cuatro años y luego lo dejamos". En cuanto a su proceso de duelo, Pelayo señala que aprendió varias lecciones: "Me arrepiento de no haber vuelto...".
Pelayo rompía por completo a llorar al recordar la muerte de David: "Fue terrible. Estaba en Barcelona y me llamó una amiga... vi a una persona que tenía toda la luz del mundo marchitarse. Cuando volví en ese tren -que fue el AVE más largo del mundo- subí las escaleras y le vi en la cama... fue mucho shock. Lo tengo como si fuera algo que vi en una película. Lo he puesto en un lugar donde afortunadamente puedo volver, pero siento que está de viaje y en algún momento volverá y nos contaremos todo. Echo de menos hablar con él. Le estaré siempre agradecido".
Por último, Pelayo pisaba el peldaño de "amor y futuro": "He sido súper afortunado en el amor. Me llevo genial con todos. Ahora la verdad es que estoy súper enamorado de Gal. Ahora hacen cuatro años que llevamos a distancia y vino la semana en la que Andy y yo decidimos separarnos y, estando aquí me doy cuenta de que en el futuro lo quiero todo con él. Quiero hacerme mayor con él y formar una familia con él. Quiero ser papá con él y casarme con él cuando él quiera", subrayaba Pelayo, con los ojos lacrimógenos. "Y no quiero esperar", añadía.
La emoción de Sandra Barneda
Sandra Barneda, emocionadísima, le mandaba un último mensaje: "Qué bonito es que alguien que se haya ido le sientas tan cerca. Ya sabes que tenemos amigos en común...". Pelayo no se quería ir sin felicitar a su hermana en pleno directo con unas emotivas palabras con motivo de su cumpleaños: "Me has inspirado muchísimo, eres una súper madre y la mejor hermana del mundo".
