Gran Hermano: así fue el tenso enfrentamiento entre Jonay y Aroa —“Eres una maleducada y una niñata”

En el Oasis, Noah y Sofía ya están preparadas para dormir. Sofía, acurrucada en el brazo de Noah, le susurra: “Eres mi vida, y no quiero irme a dormir ni una noche sin decírtelo.”

Con esa imagen de la pareja a punto de dormirse, nos despedimos por hoy, con muchas expectativas ante las sorpresas que traerá mañana El Debate.

¡Buenas noches! 

En el salón, los concursantes juegan a hacerse preguntas para conocerse mejor.

Cuando le toca a Patricia, le preguntan qué es lo que más le molesta en la convivencia. Ella, sin dudarlo, responde: “A mí me molesta mucho la gente que no agradece las cosas que otros hacen. No me gusta que no se espere a la gente para comer y que cada uno vaya a su bola. No llevamos aquí un mes como para hacer esto.”

Además, añade con firmeza: “Tampoco sé si fue lo mejor que os sentarais en otra mesa a la hora de cenar.”

Paula interviene para aclarar que la decisión no fue por división, sino por comodidad: “En la mesa general estábamos muy apretados, y también queríamos hablar con Aroa, porque allí nadie estaba hablando con ella.”

Mientras se lavan los dientes, Aroa y Belén aprovechan para hablar sobre el amor.

“No hay edad para el amor, siempre se puede sufrir. Con el primero lloré mucho, con el segundo menos, con el tercero nada… y el cuarto ya fue para siempre. Esa fue mi experiencia. Cuanta más experiencia tienes, menos sufres”, reflexiona Belén.

Aroa, en cambio, lo tiene claro: ahora mismo no está buscando pareja.

En ese momento, Edurne cruza el baño con una jarra de agua caliente para poder ducharse: se han quedado sin agua caliente en la casa.

A causa del frío, los concursantes se trasladan del patio al salón. Paula y Diego se muestran preocupados por cómo estarán Iñigo y Edurne afrontando la dura prueba de la pajarera.

Mientras tanto, Desirée conversa con Patricia sobre la convivencia: “En Gran Hermano meten a gente con mucho carácter. Yo siento que no estamos teniendo muchos problemas en comparación con otras ediciones.”

Patricia, más prudente, responde:“Eso es porque solo llevamos dos días. Cuando llevemos un mes… ya verás cómo cambia la cosa.”

En el Oasis, los concursantes fantasean sobre cómo serían las instalaciones de la otra casa.

“Me encantaría que hubiera un jardín desde el que ver el cielo y poder tomar un poco el sol. Tengo muchas ganas de ir, aquí hace frío y quiero estar con Joon”, comenta Cristian.

Noah coincide: “Es que Joon y tú ya sois amigos. A Joon le gusta el silencio y a mí también, no es un bien queda y eso me gusta.”

Más tarde, Cristian reflexiona con Rocío: “Madre mía, no se me puede escapar nada cuando conozca a Desi, ni de ti ni de cosas de su vida que ya sé.”

Aroa se une al grupo de la pajarera e intenta confraternizar con ellos. Patricia propone un juego: el clásico “Yo nunca”, en el que quien pierda debe comerse un insecto. Diego decide darle un giro y transforma la dinámica en “Dos verdades y una mentira”.

La mecánica es sencilla: por turnos, cada participante dice tres afirmaciones. Dos son verdad y una es mentira, y el resto del grupo debe adivinar cuál es la falsa.

En la pajarera, Patricia se sincera con el resto de compañeros sobre su personalidad celosa y cómo ha tenido que trabajarla junto a su marido.

“Le pedía que me enseñara el móvil, él me lo enseñaba y yo todo el tiempo pensaba que borraba las conversaciones. Si soñaba que me ponía los cuernos, me enfadaba con él en la vida real. El mejor consejo que le doy a la gente celosa es que lo trabaje con un psicólogo”, confiesa Patricia.

Los concursantes en el Oasis están intrigados por la amistad entre Rocío y Desirée, así que deciden hacerle una ronda de preguntas a Rocío.

Cristian le pregunta: “¿Crees que en la casa socializarías más sola o con Desirée?”

Rocío no duda: “Yo más con mi Desi. Nosotras, cuando nos vamos de fiesta, no paramos quietas: damos una vuelta, hablamos con los porteros, otra vuelta, vamos al baño… en cada vuelta conocemos al menos a cuatro personas nuevas. Hablamos la una por la otra incluso. Somos una.”

Sofía añade: “Como vuestro tatuaje; ‘yo como tú’, ‘tú como yo’.”

El grupo de la pajarera —Patricia, Almudena, Edurne, Iñigo, José Manuel, Jonay, Raúl, Diego, Lorena y Joon— comenta la curiosa escena del otro día, cuando Paula pidió bendecir la mesa.

Patricia aclara su postura:“Yo les dije que no quería hacerlo, que YO no quería, pero que si ella quería que lo hiciera, lo haría. A mí me parece un paripé y en mi casa no lo hago.”

Diego, en cambio, tiene una visión más flexible: “Yo lo haría por ella. Si se siente mejor bendiciendo todos la mesa, no tengo ningún problema en hacerlo.”

Después de la cena, Desi, Aroa, Belén, Aquilino, Paula, Raúl y Mamadou charlan tranquilamente. Aroa aprovecha para pedir perdón, consciente de que puede ser conflictiva y de que convivir con ella no siempre es fácil.

“Yo lo que quiero es que te vaya todo bien, porque te tengo cariño”, le dice Desi.

“Pues yo te lo agradezco, porque me has dado el saleo, alguien tenía que empezar”, añade Mamadou entre risas.

Aroa explica su versión de los hechos:“He intentado arreglar las cosas con él y ha decidido dejarme con la palabra en la boca. Estoy harta de discutir. Creo que viene a por mí porque sabe que salto fácilmente. Seré joven y estaré puto loca, pero quiero que sepáis que con los míos soy muy leal.”

Mamadou y Belén le aseguran que siempre podrán contar con ellos para hablar y apoyarla en lo que necesite.

Llega la hora de la cena y no caben todos en la mesa principal, así que Aroa, Belén, Mamadou, Paula y Aquilino deciden sentarse en la mesa pequeña. A Aroa le encanta la idea:

“Yo, por mi, comemos todos los días aquí, este puede ser nuestro sitio.”

Aquilino, en cambio, comenta que a él le gustaría comer también en la mesa principal con los demás.

“Pues comeré yo sola aquí, ya ves tú qué problema, bebé”, responde Aroa, entre risas.

Belén interviene para calmar un poco las aguas, y lo consigue con éxito. Pronto, la conversación deriva en una anécdota que los hace partirse de risa. Paula cuenta: “Resulta que Belén y yo hemos estado rezando por Aroa para que todo le vaya bien… ¡y ella se ha caído, que casi hay que llamar a la ambulancia!”

Almudena interviene en la discusión entre Aroa y Jonay: “¿Pero tú estás intentando arreglar las cosas o solo buscar más bronca?”, le pregunta a Aroa.

Aroa aclara que su intención era hablar de lo sucedido, pero que Jonay ha metido el dedo en la llaga.

Diego se suma a la conversación: “Jonay está fregando y esa es tu responsabilidad.”

Aroa, firme, responde: “Lo sé perfectamente y ya se lo he dicho. ¿Tú también quieres meterte conmigo? Pues tengo de sobra para ti y para todos.”

Aroa conversa con Jonay sobre sus rencillas dentro de la casa. Reconoce que ella dijo cosas que no estaban bien, pero señala que él también se pasó.

“Sigo pensando que eres una niñata”, le lanza Jonay.

Aroa, firme, responde:

“Mira, no voy a entrar en tu juego, porque es lo que estás buscando. Tú has venido con una estrategia; lo que has hecho es provocarme para conseguir vídeos, porque tú mismo no lo consigues. Desde el primer día has estado buscándome.”

Jonay replica con calma:

“A mí tú no me haces falta para tener vídeos.”

En el Oasis, los concursantes comentan experiencias sobrenaturales. Sofía y Noah preguntan a Rocío si se atrevería a hacer una ouija.

“A los muertos hay que dejarlos tranquilos, eso es una falta de respeto”, responde Rocío.

Cristian comparte su experiencia personal: sus abuelos fallecieron y él cree que le están protegiendo. Rocío acepta su visión, pero aclara que no cree en quienes dicen ver cosas sobrenaturales.

Por su parte, Sofía y Noah defienden que sí existe gente capaz de ver espíritus, generando un debate curioso y respetuoso entre ellos.

Algunos concursantes se acercan a la pajarera para charlar con Iñigo y Edurne sobre salud y hábitos de ejercicio. La conversación gira en torno a la importancia de no difundir información falsa sobre perder peso.

“La gente vende que puedes bajar de peso comiendo todos los días pizza, y es mentira”, comenta José Manuel, mostrando lo mucho que le preocupa el tema. Iñigo coincide y añade su experiencia personal: “Tengo el físico que tengo porque desde muy pequeño practicaba mucho deporte. Hice tres deportes a la vez; luego, cuando me cansé del baloncesto, pasé al rugby y más tarde empecé en el gimnasio.”

Paula pide ayuda a Belén, Mamadou y Aroa para montar un altar en su habitación.

“He puesto unos rosarios, pero me gustaría añadir flores y piedras. ¿Me ayudáis?”, les pregunta, a lo que ellos responden que sí.

Mientras tanto, en el vestidor, Raúl, Aquilino, Desi y Lorena hablan sobre Aroa. Aquilino confiesa que a veces le da un poco de miedo porque siente que le satura, pero Raúl y Lorena comentan que, con ellos, siempre se muestra muy amable. También recuerdan algunos comentarios recientes de Aroa hacia Raúl y Aquilino: “Luego no me la claves por detrás” y “somos amigos, no me nomines por la espalda”.

Diego está preocupado por la imagen que pudo proyectar al criticar a su hermano en plató, ya que su hermano solo dijo cosas buenas sobre él.

“No te preocupes, yo creo que se entiende que puede haber diferentes visiones de una misma historia. Tú me lo estás contando ahora así y yo no pienso mal de ti”, le tranquiliza Iñigo.

Diego confiesa lo que más le molestó de su hermano: “Lo que más me dolió es que me dio de baja mi línea de móvil de toda la vida.”

Iñigo y Edurne cuentan a José Manuel y Diego cómo vivieron su entrada al programa:

“Nos enteramos de que entrábamos los dos, nos saludamos y abrazamos. Jorge Javier pensó que nos conocíamos de antes, y le explicamos que nos habíamos conocido en el casting de GH.”

Luego, Diego comparte su propia historia familiar:

“Yo no me hablo con mi hermano. Le invitaron a plató y le ofrecieron entrar como concursante oficial. Yo esperaba que no entrase… y al final no lo hizo, menos mal. Mi hermana también estaba en plató y tampoco se hablan, se debió de liar una allí…”

Edurne pregunta la razón de la tensión entre hermanos, pero Diego prefiere no profundizar en el tema.

En la casa, Raúl, Almudena, José Manuel y Patricia cocinan mientras comparten sus trucos para preparar una buena carbonara.

De pronto, el Súper llama a Belén para que cambie las pilas del micrófono, y José Manuel se sorprende: “¿Illa, tú qué haces pa’ gastar tantas pilas?”

Belén se ríe y responde que será porque habla mucho… o porque tiene tanto calor que hasta eso consume batería. La ocurrencia de la gallega desata las risas de todos en la cocina.

Sofía y Noah no dejan de hacerse preguntas tras ver las imágenes de la casa. Noah tiene su propia teoría: cree que la puerta secreta que conecta el Oasis con la casa principal está oculta tras un armario.

Luego, recuerdan su llegada al programa.

“Cuando fui a plató, flipé. Hay focos, muchísima gente...Cuando entré aquí y vi esto —el Oasis— también me quedé flipando, pero no me pareció mal, solo me sorprendió. Eso sí, en los dos sitios he sido yo misma,”cuenta Noah.