Dos compañeras de trabajo se enfrentan en ‘El Diario de Jorge’ tras un año sin dirigirse la palabra: “Su mirada me asusta”

Irenea acusa a su compañera de trabajo, Dámaris, de estar haciéndole la vida imposible
Una desconcertante llamada revela que el presunto padre biológico de un invitado tuvo una relación con su madre: "Quien dice ser, está muerto"
Dámaris e Irenea son compañeras de trabajo, pero llevan un año sin hablarse. Aunque los desencuentros entre ellas eran constantes, fue una botella de aceite la gota que colmó el vaso. Desde entonces, la incomodidad entre ambas durante las jornadas laborales ha ido en aumento y no pueden ni verse. Irenea llega hoy al ‘Diario de Jorge’ para intentar poner fin a esta situación.
Irenea, 39 años, explica en el programa la insostenible relación laboral que mantiene con una de sus compañeras de trabajo. La situación se complicó debido a una lata de aceite y desde entonces no se han vuelto a dirigir la palabra. “Se me cayó una lata de aceita, ella me quería ayudar y yo le dije que siguiese con su trabajo. Lo entendió mal”, explicaba la protagonista a Jorge Javier Vázquez.
Del mismo modo, Irenea le relataba al presentador lo complicadas que son sus jornadas laborales debido a la mala relación con su compañera: “Me decía que no sabía hacer mi trabajo. Su mirada me asusta. Solo es así conmigo” explicaba la invitada antes de que Dámaris, que estaba escuchando todo, entrase en plató.
"Me hace la vida imposible en el trabajo"
Dámaris se unía a su compañera de trabajo y al presentador sin palabras, después de todo lo que Irenea había contado respecto a su mala relación. Pero, tras unos segundos de desconcierto, se defendía: “No es que me caiga mal. Ha habido un cumulo de situaciones que se han malinterpretado y ha llegado a un momento que no nos entendemos”. En cuanto a si es verdad que le ha gritado a la otra protagonista que “no sabe hacer su trabajo”, esta lo admitía y declaraba que Irenea no es “una persona competente”
El presentador ha querido saber si había alguna posibilidad de que su relación mejorase, pero Dámaris, incapaz de mirar a los ojos a su compañera, sentenciaba: “No sé ser falsa”. Sin embargo, tras la insistencia de Jorge Javier Vázquez, acababa comprometiéndose a cambiar sus modos a la hora de dirigirse a Irenea.

