Ex sacerdote acusado de estafa: casa a una mujer con un muerto para cobrar la herencia

  • David Vargas celebró presuntamente un matrimonio meses después de que "el novio" hubiese fallecido

  • El cura estafador cuenta con otras causas abiertas por estafa en distintos municipios

  • David Vargas fue expulsado de la Iglesia en 2011 por escándalos sexuales

David Vargas, o el conocido como Cura estafador, está siendo juzgado por, presuntamente, falsificar documentos para inscribir el matrimonio de una mujer con su pareja ya fallecido, al parecer, para que ésta pudiera cobrar la herencia.

El hombre, de más de ochenta años, falleció en noviembre de 2018 y la presunta boda fraudulenta se habría celebrado meses después. Según las investigaciones, el excura y la mujer habrían planeado el matrimonio para poder cobrar la herencia del fallecido, algo que hicieron a espaldas de los familiares del hombre.

A su salida del juicio, David Vargas no quería hacer declaraciones, pero 'El programa de Ana Rosa' ha tenido acceso a lo que ha pasado en la sala, le han presentado pruebas de que se celebró un matrimonio con un hombre que ya había muerto: "Está bastante objetivado, por periciales, que la firma del señor Ángel Viñas en el expediente matrimonial se estampó mediante calco, o sea, se pintó".

El ex cura defiende que la boda se celebró con los dos miembros presentes en una capilla con un acceso a parte. Asegura también que el motivo por el que se celebró el enlace tras 20 años de convivencia fue porque "la mujer no quería seguir viviendo en pecado".

La sobrina del fallecido ha explicado en sala que tanto ella como su hermano eran los únicos herederos a la muerte de Ángel por no haber hecho testamento y ser soltero, algo que motivo el presunto perverso plan de la mujer y el expárroco: "Ella se puso nerviosa cuando se enteró de que no se quedaba con nada por no estar casados, por eso montó la que lio".

Otros escándalos del ex cura: tres millones de euros en su domicilio

Pero este no es el primer escándalo de David Vargas. Fue expulsado de la iglesia en 2011 por un escándalo sexual aunque siguió ejerciendo de cura y dejando a su paso decenas de mujeres que cayeron en sus estafas.

Cuando aún era sacerdote le destinaron a una pequeña parroquia en la que comenzaron a desaparecer reliquias y objetos de valor, y donde se hizo con los fondos de la asociación de servicios de entierros del pueblo, un total de 90.000 euros. Cuando, tras varias denuncias de los vecinos, la Guardia Civil se presentó en su domicilio encontró tres millones de euros en metálico.