Raquel Salazar rompe a llorar y se sincera sobre el mal momento que atraviesa: "La mente te juega malas pasadas"

Raquel Salazar se hunde tras la muerte de su pequeño
La que fuera miembro de 'Los Gipsy Kings' no es capaz de superar este duelo y se desahoga contando lo mal que se siente
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Raquel Salazar reaparece entre lágrimas, completamente devastada y desconsolada. La que fuera integrante de Los Gipsy Kings, se encuentra atravesando un momento muy delicado a nivel personal y no ha podido evitar derrumbarse.
La madre de Noemí Salazar intenta sacar fuerzas de dónde no las hay, pero existen momentos en los que flaquea y no puede evitar venirse abajo.

La diseñadora se encontraba haciendo sus quehaceres del hogar cuando, de repente, todo se ha nublado en su cabeza. "Estaba planchando y poniendo lavadoras que se me van acumulando y de repente me he tenido que parar y echarme un rato... La mente te juega malas pasadas", asegura a lágrima viva mientras aparece recostada en el que parece ser el sofá del salón de su casa de Vallecas.
"Mi mente ha empezado a decir, hoy es día 8... le pasó el día 20... Le echo de menos. Le echo mucho de menos (...) os juro que se me está haciendo muy duro", dice recordando la dolorosa muerte de su pequeño.
La madre de Noemí se encuentra aún en pleno duelo por la repentina marcha de Toby. Una inesperada despedida que ha afectado mucho (y a todos los niveles) a Raquel Salazar, a quien a día de hoy todavía le cuesta pasar página y hacerse a la idea de que 'su niño' ya no está.
"Jamás en mi vida pensé que iba a ser tan duro. Si yo llego a saber eso no tengo un perro en mi vida, bastante problemas me da ya la vida... Estoy luchando", asegura mientras comenta que se le han quitado las ganas de todo y que no quiere ni asistir a los compromisos que tiene cerrados.

Raquel está profundamente afectada. Para ella ahora mismo la vida no tiene sentido. La muerte de su 'bebé' ha sido un golpe durísimo y, aunque sea consciente de que hay cosas muchísimo peores en la vida, es incapaz de cerrar este capítulo. No se recupera. Ve a su perro por todas partes y no tiene "ganas" de nada.
"Estoy luchando. No me veo con el momento de fastidiar una fiesta. Yo sé que todos están mal pero es que yo estoy rota, llevo muchos días sin verlo, sin darle de comer... tengo sus cosas, un cojín con su foto que me mira. No tengo ganas. No puedo mirar por mí, tengo que mirar por ellos", dice pensando en su familia. "Estoy en uno de esos momentos de mi vida en los que estoy desesperada", añade.

