La vida familiar de Maribel Salas, de 'La Favorita 1922', junto a su marido y su hijo en Barakaldo

La vida familiar de Maribel Salas, de 'La Favorita 1922', junto a su marido y su hijo Íker en Barakaldo
Maribel Salas. Redes sociales (@maribelsalasoficial)
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Maribel Salas lleva toda su vida asentada en su ciudad natal, Barakaldo, donde ha formado una familia junto a su marido, a quien conoció durante el rodaje de 'Vaya semanita', y su querido hijo Iker, con quien guarda una relación muy estrecha. La actriz que da vida a Lourdes Mendieta en 'La Favorita 1922' asegura que su familia es "el motor de su vida" y su principal fuente de apoyo e inspiración.

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La actriz que da vida al personaje de Lourdes Mendieta, la cocinera del restaurante de 'La Favorita 1922', conoció a su marido durante el rodaje de la que fue la primera temporada de 'Vaya semanita' para Maribel Salas. La intérprete tenía claro desde su adolescencia que quería dedicarse al mundo del cine y la interpretación, aunque fue un poco más tarde cuando comenzó a dedicarse a ello. Durante varios años, estuvo trabajando en una empresa de equipos médicos y material fungible, hasta que decidió dejar su trabajo fijo para dedicarse a su verdadera pasión: la interpretación.

Durante varios meses, Maribel Salas estuvo probando suerte en el sector presentándose a numerosos castings para series de televisión, obras de teatro y monólogos, aunque no recibió ninguna llamanda. En su regreso a Barakaldo, a punto de tirar la toalla y volver a su empresa de antes, Maribel Salas recibió la llamada de 'Vaya semanita' anunciándole que había superado el casting y que el rodaje comenzaba en septiembre de ese mismo año. A partir de ahí, la carrera interpretativa de Maribel Salas solo ha hecho crecer y evolucionar.

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Fue en el rodaje de 'Vaya semanita' donde conoció a su marido con el que mantiene una relación sentimental de más de veinte años juntos y con el que ha formado una familia junto a Iker, su primer y único hijo en común, en Barakaldo. Para Maribel Salas, su marido y su hijo son "el motor de su vida" y su principal apoyo emocional, y a pesar de que mantiene a ambos en un segundo plano mediático, a la actriz le encanta hablar de la buena relación que guarda con su hijo Íker de 26 años.

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"Es súper creativo y tiene mucha sensibilidad para el arte, pero prefiere estar detrás de las cámaras o del escenario. Cuando era pequeño apareció en un par de 'sketches' de 'Vaya Semanita' con la hija de Óscar Terol, y ahora también de vez en cuando viene de técnico para aprender", comenta Maribel Salas en una entrevista para 'El correo'. El hijo de la actriz decidió estudiar la carrera de Sonido para trabajar dentro de producciones y proyectos audiovisuales.

"Yo, como todas, lo que quiero es que sea feliz. Siempre le digo que trabajar en lo que te gusta es todo un privilegio, y que luche por ello. Yo así lo vivo, me apasiona lo que hago y quiero que él lo viva igual", asegura Maribel Salas sobre el oficio de su hijo que al parecer siempre lo ha tenido claro. "Nos llevamos muy bien, tiene mucho sentido del humor y nos reímos mucho. Y cae muy bien a la gente porque es muy respetuoso. Además, es muy tenaz, no para hasta que consigue lo que quiere".

Maribel Salas junto a su hijo Íker

A Maribel Salas también le gusta recordar en sus entrevistas cómo fue el parto de su hijo Iker, ya que fue una de las etapas de su vida que vivió con mucha felicidad e ilusión. "Lo viví con muchísima ilusión. Fue una época muy bonita y cuando supe que era un niño me sentí muy feliz. Aunque luego el parto fue un caos. Nació el 1 de agosto. Todo empezó a las 14.00 horas, y justo coincidió con el cambio de turno, de vacaciones... Fue un poco desastre y doloroso", comentó Maribel Salas en la entrevista citada anteriormente.

"En su infancia, Íker pasaba el tiempo leyendo o dibujando, y le encantaban los disfraces y las historias de terror. Con solo cinco años iba a clases de pintura y a final de curso nos invitaron a los aitas a ver la exposición. De repente entre todos los paisajes con el nombre de colores de cada niño o niña se ve un lienzo negro con un fantasma, un esqueleto y un vampiro con sangre. Ese era el de Íker. Nunca ha sido un niño trasto, pero sí muy independiente y quería hacer todo sin contar con nosotros desde muy pequeño. Hoy en día todo se lo pregunto a él. Tiene mucho critero y su opinión me interesa mucho".