La vida actual de Aldara, la hermana más desconocida de Tamara Falcó que ha sido aceptada en Harvard
Aldara Falcó de la Cierva es la hija menor del marqués de Griñón, Carlos Falcó, y Fátima de la Cierva
La realidad de la familia de Carlos Falcó: los discretos hermanos de Tamara y la situación de Esther Doña
Aldara Falcó de la Cierva es la hija menor del marqués de Griñón, Carlos Falcó, y Fátima de la Cierva. Con 27 años, Aldara ha sabido mantenerse al margen del foco mediático del que habitualmente gozan sus hermanos, sobre todo Tamara Falcó, optando por construir una vida alejada del ruido mediático y centrada en su trayectoria profesional. Una discreción que no ha sido obstáculo para forjarse un futuro prometedor: ahora se dirige a Harvard para cursar un máster en la prestigiosa Harvard Kennedy School.
La joven ha vuelto a la esfera pública tras confirmarse la noticia: empezará este otoño un máster en Políticas Públicas en la Harvard Kennedy School, un centro de renombre en el que entre sus antiguos alumnos se encuentran altos cargos de gobiernos de todo el mundo.
Sus próximos pasos
En LinkedIn, Aldara escribió que recordaba con emoción la sudadera que se compró en Boston con 11 años, luciendo orgullosa el logo de Harvard "sin saber que, años después, cumpliría ese sueño". Este momento representa, para ella, mucho más que un logro académico. Es la culminación de una trayectoria forjada al margen del apellido familiar mucho antes de entrar en la esfera pública.
"Ha sido un proceso duro, lleno de dudas. Gracias a que muchas personas confiaron en mí, me animé a aplicar. Cuando me aceptaron, no me lo creía. El síndrome de impostora me carcomía. Pero hoy, meses más tarde, lo celebro. Con mis amigas, con mi familia. Celebro, sobre todo, que me hayan dado la visa. Y celebro que este máster no es solo por mí: es por todas las personas en las que no confían, las que quizás ni siquiera tienen familia. Por un mundo en el que la cigüeña no decida tu suerte. En el que podamos elegir. Porque, como se le atribuye a Don Quijote, "cambiar el mundo, amigo Sancho, no es una locura, ni una utopía, sino justicia", explica la joven en la red social.
"Gracias papá por enseñarme esa frase, y todo lo que conlleva. Gracias mamá por enseñarme a dar sin esperar nada a cambio. Gracias a mi abuela por darme ejemplo siempre y a mi familia entera por apoyarme, escucharme y quererme. Gracias a todas las personas que me rodean porque sois maravillosas. Soy una combinación lineal de todas vosotras. Vosotras sois mi base, mi sentido y mi dirección", concluye.
La vida de Aldara
La faceta más pública de Aldara y, a su vez, la menos proyectada, se ha construido a golpe de nota y trabajo. Desde muy joven cursó su educación primaria y secundaria en centros de gran exigencia: el Virgen de la Encina en Madrid, la École des Roches en Francia, All Hallows School en Inglaterra y el School of Vienna en Austria.
Su expediente fue tal que obtuvo una mención honorífica de la Comunidad de Madrid tras completar los estudios de Educación Secundaria Obligatoria y logró sobresalir de nuevo en Bachillerato. Esta racha de éxito académico la llevó a la Universidad de Viena, entre 2017 y 2021, donde cursó Matemáticas y Filosofía, graduándose con honores en ambas disciplinas.
El siguiente paso llegó al obtener un máster en Formación del Profesorado por la UNED, que le permitió orientar su carrera a la docencia. Este máster confirmó su vocación pedagógica, ya que no tardó en ejercer en centros educativos de Madrid, como en el Centro de Formación Padre Piquer, impartiendo clases de matemáticas. Y a principios de año se trasladó a Río de Janeiro, donde asumió el reto de trabajar como asesora didáctica en escuelas públicas brasileras. Este cúmulo de experiencia la han convertido en una candidata idónea para Harvard.
Pese a pertenecer a una saga familiar muy mediática -con hermanos como Tamara, Xandra y Manuel-, Aldara ha seguido una senda discreta. En numerosas ocasiones ha rechazado participar en actos sociales, como cuando evitó su presentación en sociedad en el célebre Baile de las Debutantes de París a los 18 años. Su padre la definía como "superlista, práctica, quiere ser Nobel de Química".