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Cayetana Guillén Cuervo se sincera sobre la agresión sexual que sufrió de niña: "Fue como La Manada, eran ocho tíos"

Cayetana Guillén Cuervo. Europa Press
  • La presidenta de la Academia de las Artes Escénicas de España se ha abierto sobre uno de los episodios más traumáticos de su vida

  • "La psicóloga me dijo que yo lo había disociado y apartado para poder vivir", ha explicado en su podcast 'No Te Cayes'

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La presidenta de la Academia de las Artes Escénicas de España, Cayetana Guillén‑Cuervo, se ha sincerado como nunca antes en el segundo episodio de su podcast 'No te lo Cayes', en una conversación con la física y divulgadora Alba Moreno. En este espacio, cuya temática gira en torno a la sexualidad, las relaciones y el bienestar, la actriz se ha sincerado sobre la agresión sexual que sufrió durante su infancia.

Cayetana ha recordado cómo, tras un largo silencio que la acompañó toda su vida, decidió abrirse públicamente a raíz del documental que se rodó en torno a la obra 'Pandataria'.

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"Yo haciendo Pandataria, hicimos un documental del proceso creativo. No lo había hablado nunca en la vida, ni siquiera a mi pareja se lo había comentado claramente. Nunca en la vida y, de repente, después de todo este tiempo, conté que a los seis años había sufrido una violación", ha narrado.

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Asimismo, Guillén Cuervo ha sostenido que lo contado en ese entonces, hace ya un año, fue una versión suavizada: "Lo conté más suave de lo que era, pero fue como La Manada. Ocho tíos. Y no lo he especificado pero, quiero decir, se quitaron un cinturón que tenían, me hostiaron", se ha lamentado.

Este episodio, imposible de olvidar para ella, marcó toda su vida. Según ha manifestado, recurrió a ayuda psicológica, donde le explicaron que el cuerpo y la mente actúan como mecanismos de defensa ante experiencias tan traumáticas. "La psicóloga me dijo que yo lo había disociado y apartado para poder vivir. Las cosas que son muy dolorosas, tu mente las aparta para poder vivir. Yo siempre he tenido un carácter muy alegre, una actitud y una energía muy llena de todo. Yo solté eso, se me colocó en algún lugar del cuerpo, he empezado a atar cabos y todo en mi vida ha estado marcado por eso. Todo".

Desde sus relaciones personales hasta su percepción de su propio cuerpo se vio afectado: "Yo tenía tal inseguridad con mi físico, tal bloqueo con mi físico... odiaba mi cuerpo, sentía que no podía gustar a nadie. Y me dediqué a estudiar y a trabajar... a estudiar y a trabajar... a sentirme ocupada y útil donde yo sé que soy buena porque en lo otro no. Entonces, hostias, tengo un cabreo con la vida, tía... Me da un coraje que flipas".

Con el tiempo, y gracias al acompañamiento terapéutico, comenzó a desentrañar las raíces de sus dificultades. Ese descubrimiento marcó el punto de inflexión hacia la reconstrucción y el perdón. "Ahora ya sé de dónde vienen (los problemas) y ya sé que los puedo solucionar".

Su intención no es "dar protagonismo" al suceso ni armar una bandera, sino ofrecer una ventana de comprensión. Como ella misma ha dicho: "Sin pretender convertirnos en la bandera de nada, ni un Me Too ni nada".