Juan José Peña, ex de Alma Bollo, se rompe hablando sobre la custodia de Jimena, su hija en común

El padre de la hija de Alma Bollo explica cómo lleva la crianza de Jimena "a tiempo parcial"
El dardo de Alma Bollo a Aguasantas tras confirmar que le ha cortado el pelo a su hija
Juan José Peña se rompe hablando de la custodia compartida de Jimena, su hija en común con Alma Bollo. El novio de Aguasantas Vilches no ha podido evitar reflexionar sobre su realidad como "padre a tiempo parcial" después de ver cómo su hija, a la que únicamente ve cada varios fines de semana, se marcha nuevamente con la exconcursante de 'Supervivientes'.
Según él mismo ha confesado a sus seguidores a través de sus redes sociales, "por temas laborales, horarios y la distancia", el exyerno de Raquel Bollo solamente ve a Jimena un fin de semana cada quince días. Esto provoca al exyerno de Raquel Bollo una profunda tristeza y ansiedad; sentimientos que va "llevando como se puede".

Tras despedirse de su hija una vez más, el exconcursante de '¡Vaya vacaciones!' reflexiona sobre lo rápido que pasa el tiempo cada vez que está con su hija y lo lento cuando se va con su madre.
"El amor de un padre nunca descansa"
"Otro domingo que llega demasiado pronto. Se apagan las risas, se recoge la ropa diminuta, y el silencio vuelve a llenar cada rincón de la casa", escribe junto a un precioso vídeo en el que se le puede ver disfrutando junto a Jimena.
"Once días por delante sin su voz, sin sus 'papá, mira esto', sin esos abrazos que te recargan el alma entera", dice mientras no puede evitar romperse. Porque aunque tras su ruptura con Alma Bollo tenga que ser "padre a tiempo parcial", eso no implica que su amor por Jimena también lo sea. "No significa querer a medias", continúa mientras explica que debido a esta situación ha tenido que "aprender a vivir con el corazón partido en dos, con una mitad llena de amor y la otra vacía de presencia".
Juan José Peña asegura vivir contando "los días, las horas, los minutos… hasta volver a escuchar el timbre del cole un viernes y verla salir corriendo" hacia él. Esta situación, aunque difícil y dolorosa, le lleva a intentar "disfrutar con intensidad cada instante, sabiendo que el reloj no se detiene, que el fin de semana siempre se escapa entre los dedos".
Para él los domingos no pueden ser más complicados. El corazón y el alma se le rompen y es entonces, cuando tras despedirse de su hija, lo único que le queda es "respirar hondo, agradecer el tiempo compartido, y empezar de nuevo la cuenta atrás. "Porque aunque la casa se quede en silencio, el amor de un padre nunca descansa", dice contando nuevamente los días que quedan para volver a reencontrarse con la hija de Alma Bollo.

