Así celebrará la familia real británica la Navidad: comidas de gala, regalos de menos de 10 euros, invitados y ausencias
Como es costumbre, los Windsor utilizarán la finca de Sandringham como base principal para sus fiestas del 24 y 25 de diciembre
El rey Carlos III, en tratamiento por su cáncer, quiere que esta Navidad sea "especial" por si acaso "es la última"
La familia real británica se prepara para una de sus celebraciones más tradicionales: la Navidad en Sandringham, la finca real en Norfolk que desde hace décadas es el centro de estas reuniones cada fin de año. Pero este 2025, las celebraciones llegan marcadas por nuevas polémicas, ausencias, tensiones familiares y el estado de salud del rey Carlos III.
Como es costumbre, los Windsor utilizarán la finca de Sandringham como base principal para sus fiestas del 24 y 25 de diciembre. En esa localidad costera del este de Inglaterra se prevén varios compromisos: la misa del día de Navidad en la iglesia de St Mary Magdalene y después una comida en el interior de la propiedad real, seguida del mensaje real tradicional que transmite al país el soberano británico.
Este año, además, se ha gastado una suma significativa en pequeñas mejoras en la iglesia -alrededor de 7.000 libras- para asegurar que esté en las mejores condiciones para los servicios navideños, incluido arreglar suelos, limpieza y mejoras menores justo antes de la llegada de la familia y los invitados.
La comida y cena de gala
El día 24, los invitados se reúnen en el salón revestido de madera y, por la tarde, disfrutan de un té, sándwiches, bollos y muffins.
La cena es un evento de etiqueta que suele comenzar en torno a las 20:15 horas, e incluye un plato principal de carne o jamón asado.
Otros años se sabe que también se ha servido un buffet más informal con opciones como cabeza de jabalí rellena, lengua de buey o salmón. Es común terminar con un tronco de Navidad de chocolate y una tabla de quesos, destacando el queso Stilton.
El almuerzo de Navidad del día 25 es el evento central y se sirve puntualmente a las 13:15. En cuanto al entrante, tradicionalmente comienza con una ensalada de camarones o langosta.
El plato principal suele ser un pavo asado de Norfolk acompañado de rellenos de salvia y cebolla o castañas, patatas asadas y en puré, coles de Bruselas, zanahorias y chirivías asadas con miel.
En cuanto al postre, se encuentra el clásico pudin de Navidad flameado con brandy, servido con mantequilla de brandy.
Tras el mensaje navideño del rey, se sirve un té de la tarde con pastel de Navidad, 'mince pies' y sándwiches.
Los regalos
Después de la cena se reúnen alrededor de una mesa especialmente montada para el intercambio de regalos, un guiño a la herencia alemana de la familia.
Los regalos son una de las grandes tradiciones de estas festividades entre los Windsor. Todos abren sus obsequios a la vez, y suelen tratarse de pequeñas gamberradas que cuesten menos de 10 libras.
Algunos de ellos han trascendido a la luz de años anteriores, y destacan un kit para "cultivar tu propia novia" de Kate Middleton al príncipe Harry cuando aún estaba soltero, un asiento de inodoro de cuero de la princesa Ana al entonces príncipe Carlos, un hámster de juguete que canta de Meghan Markle a la reina Isabel II, y un gorro de ducha con el mensaje "Ain't Life a B*tch?" de Harry a la difunta reina, entre otros.
Todos se colocan en una mesa larga cubierta con un mantel blanco y cada uno se coloca con una tarjeta junto al nombre del destinatario.
Es tradición que el monarca regale pudin de Navidad a su personal y trabajadores de la Casa Real, una costumbre que inició Jorge V.
Los miembros de la familia también suelen intercambiar detalles caseros, como mermeladas o miel recolectada en la propia finca de Sandringham.
Los invitados y las ausencias
Entre las personas que estarán presentes se encuentran los miembros más cercanos del núcleo del monarca: la reina Camila, el príncipe Guillermo, Kate Middleton, los pequeños George, Charlotte y Louis, los padres de la princesa de Gales, la princesa Ana y otros miembros cercanos como el príncipe Eduardo y su familia.
Sin embargo, las ausencias también están definiendo el ambiente familiar de estas fiestas. Los hijos de Camila, Tom Parker Bowles y Laura Lopes, han confirmado que no asistirán este año. Según ha confirmado Tom ha los tabloides británicos, ha decidido pasar la Navidad con su exesposa y sus hijos en lugar de reunirse en Sandringham, siguiendo un patrón de alternancia cada dos años.
Aunque algunas fuentes han señalado que Carlos III habría dejado la puerta abierta para una reconciliación y que desearía una Navidad con el príncipe Harry y Meghan Markle, un año más no estarán presentes en Sandringham. La pareja ha pasado las últimas navidades en Estados Unidos y, aunque planean hacer llamadas o mantenerse en contacto, no se desplazarán hasta Reino Unido.
Tampoco estarán el príncipe Andrés ni Sarah Ferguson después de protagonizar la polémica más sonada de este 2025 en la familia real británica.
Todo ocurrió el pasado mes de octubre, cuando el monarca británico le retiró a su hermano formalmente sus títulos reales y le obligó a desalojar su mansión, pasando a usar el nombre personal Andrew Mountbatten-Windsor a causa de salir a la luz nuevos detalles sobre su vínculo con Jeffrey Epstein.
La recuperación de Kate Middleton y el cáncer del rey Carlos III
A este cuadro se suma el alivio que representa la recuperación de Kate Middleton, que el pasado mes de enero anunció la remisión de su cáncer. Para Carlos III, en este sentido, su situación es otra.
La salud del monarca es otro elemento que influye en el tono de estas fiestas. El rey, que fue diagnosticado de cáncer en 2024, sigue en tratamiento, y hace escasos días anunció que se reducirá en 2026 tras una respuesta favorable.
Su cáncer ha sido un telón de fondo para varios eventos familiares clave, y todo apunta a que la enfermedad ha aumentado su deseo de pasar tiempo con su familia. Una fuente cercana a Buckingham ha asegurado que se espera que estas fechas cobren especialmente relevancia por si se trata de "la última" Navidad del rey.