Estufas, chimeneas, fallos eléctricos… El frío puede convertir la casa en una trampa mortal

El frio puede convertir la casa en una trampa mortal. En 2017, último año del que hay datos, murieron 144 personas en España como consecuencia de incendios o explosión en viviendas. Este martes, un vecino de la localidad conquense de El Peral ha corrido más suerte porque solo ha resultado herido por inhalación de humo.

En este caso las llamas comenzaron en el colchón de su cama. La mayoría de incendios se producen en el salón, casi el 40%, seguidos del dormitorio con el 34% y la cocina con casi un 15%.

Este hombre tiene 71 años. Según un informe de Mapfre, casi el 50% del total de las víctimas mortales de los incendios son personas mayores de 65 años. Pasados los 80 años se multiplica por seis las probabilidades de perder la vida en un incendio o explosión. Además, el riesgo aumenta para los mayores si tenemos en cuenta que el informe pone de relieve que las personas que viven solas multiplican casi por 5 las posibilidades de morir por las llamas.

Con el invierno llega el frio –la península vive estos días la primera gran ola de frío polar con temperaturas bajo cero-. Los aparatos de calor –estufas, braseros y chimeneas- se colocan en segundo lugar con el 21% de las muertes. Por eso hay que vigilar el uso adecuado de estos sistemas de calefacción. No ibstante, en primer lugar están los fallos eléctricos (en enchufes, regletas...) que suponen casi el 35% de los incendios en viviendas con víctimas mortales.

Las fugas de gas cada vez se producen más, quizás por el aumento de los sistemas de calefacciones en detrimento de los braseros tradiciones. En 2017 se contabilizaron 15 fallecidos por fugas de gas, colocándose como tercera causa probable del inicio del incendio o explosión.

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En los meses más gélidos es cuando se producen más muertes por incendios en el hogar. Así, los seis meses más fríos del año, de enero a marzo y de octubre a diciembre, dejaron en 2017 el 57% de los fallecidos.

En España, la mayoría de este tipo de incendios se producen en edificios de viviendas, no es casas, porque la mayoría de gente vive en pisos. Un total de 35 personas murieron en viviendas de tres alturas y solo 15 15 víctimas mortales sufrieron el incendio por encima de la tercera planta, teniendo en cuenta los datos que maneja Mapfre.

En España, las poblaciones de más de 20.000 habitantes deben tener un servicio de bomberos propio. Los municipios que no lo tienen, según el estudio de la aseguradora, los de menos de 5.000 habitantes, tienen una ratio mayor de fallecidos.