Las llamadas del equipo de Dior que sorprendieron a los artistas de Sevilla que trabajaron en el desfile

  • Fran Cisneros ha sido el encargado del paisajismo y los arreglos florales

  • Cerca de 200 profesionales de estilismo y maquillaje trabajaron en la jornada para preparar a clientas y modelos

  • La Orfebrería Ramos ha sido la encargada de crear las piezas exclusivas del desfile de la firma de lujo

“Le llamamos de Dior Madrid”, le dijeron a Pedro Ramos por teléfono. Es el dueño de una Orfebrería de Sevilla y se quedó a cuadros cuando escuchó la frase. La llamada les pilló por sorpresa: “Querían concertar una visita con nosotros”, cuenta Pedro. Se interesaron primero en conocer qué era lo que ellos hacían en su negocio, en concreto, el arte sacro. “Bajo las órdenes de ellos, hemos elaborado piezas exclusivas para el desfile”, asegura.

Trabajar con la firma ha sido una experiencia inolvidable. “Ahora hacemos balance y es emocionante”, confiesa este artesano que agradece a la firma la apuesta y la confianza en los negocios locales. Con este trabajo, Dior ha enseñado al mundo el trabajo de los artesanos, desconocido para muchos.  La cara de Pedro refleja la felicidad y la satisfacción por haber formado parte de este proyecto sin precedentes en la ciudad de Sevilla. Las cláusulas que firmaron son tan minuciosas y, tan exclusivas, que han entregado a la firma hasta los materiales “que sobraron”. 

La llamada de la sorpresa se ha ido repitiendo a todos lados donde el equipo de Dior ha ido llamando. Son firmas que uno ve muy lejos y que no se esperan que toque a la puerta de uno. Le pasó al paisajista Fran Cisneros a quien le encargaron todos los arreglos florales que tanta importancia tuvo el día del desfile. “Me encargaron algo rojo, es el color de la vida y la fuerza”, ese era el objetivo. Hasta hace exactamente un mes no se cerró exactamente lo que iban a preparar.

De hecho, hasta las últimas horas plantearon cambios porque todo tenía que estar calculado al milímetro. Todas las flores miraban al cielo, “a la energía, al resurgir, donde la vida se abre paso”, relata. Nada allí estaba por casualidad. Había un gran factor a tener en cuenta: las temperaturas de 40 grados. Mantener las flores en Sevilla no ha sido tarea fácil. Tuvieron que instalar un sistema de bioclimatización para poder mantenerlas en un estado óptimo. Obstáculos que para Cisneros han sido retos que han terminado haciendo un sueño realidad: “Un trabajo que ha merecido la pena”, confiesa. 

Estilistas y maquilladoras

Marta Zambrano es una de las cientos de maquilladoras que trabajó en el gran evento de la moda del año. Estaba trabajando en su negocio EmeZeta, en Lebrija, cuando recibió la llamada en la que le preguntaban si podía trabajar en la cita. No lo dudó, la oportunidad de estar en un evento así no ocurre todos los días. La primera vez, para muchos de los que han hecho posible que saliera adelante. Han hecho falta muchas manos, muchos profesionales, para que el evento fuera posible. Las cláusulas de confidencialidad abrieron la intriga de los curiosos que tuvieron que esperar al jueves para ver que era todo lo que estaban tramando. 

“No sabía a quién iba a maquillar”, cuenta a NIUS Marta. Estaba citada en un hotel de Sevilla y lo único que sabía era que tenía que trabajar toda la tarde. Una vez allí, se encontró con unas cincuenta personas que habían acudido para lo mismo que ella. Serían las encargadas de preparar a los clientes de la firma. Los invitados y las invitadas de la marca. “Maquillé a dos chicas brasileñas y allí había personas de todos los rincones del mundo”, explica. 

El desfile se organizó en dos partes: Por un lado, los profesionales que estaban en el desfile con las modelos en la Plaza de España y, por otro, los que estaban en los hoteles. Un centenar de maquilladores y estilistas llegaron de la mano de la firma desde París. Y otro centenar de profesionales de Sevilla y alrededores fueron contratados para la jornada.

El lujo de la reconocida firma se instaló en el ambiente. En los hoteles llenos de influencers y clientes fieles que viajaron a Sevilla invitados por la marca. La misma que se preocupó en que no faltaran detalles con un guiño a Andalucía y a sus costumbres. Cada uno se llevó un pack de regalo con un sombrero, un abanico (que falta hizo) y hasta tarjetas de Lola Flores. La firma francesa homenajeó a Sevilla y a la excelencia artesanal andaluza de la mejor forma posible, con andaluces detrás y delante del espectáculo.