MálagaUn total de 28 mujeres explotadas sexualmente y recluidas han sido liberadas de un burdel ubicado en la localidad de Fuente de Piedra (Málaga). Así lo ha comunicado la Policía Nacional.

El inmueble, ya clausurado de forma cautelar por orden judicial, operaba bajo la apariencia de ser un hotel con sala de fiestas. Pero, en realidad, era un club de alterne donde las víctimas vivían en lo más parecido a una "cárcel".

Con esas palabras describen los agentes el panorama que se encontraron al llevar a cabo la denominada Operación 'Flamencos'. Ha derivado en siete personas detenidas por su presunta implicación en esa actividad.

Se les relaciona con los delitos de trata de seres humanos con fines de explotación sexual, contra el derecho de los trabajadores, agresión sexual, contra la salud pública, tenencia ilícita de armas y pertenencia a organización criminal.

Engaños ofreciendo condiciones "idílicas"

La mayoría de las afectadas procedían de Colombia, país que ha cooperado en el caso, permitiendo seguir la pista de varias de ellas desde su captación allí hasta su llegada a España.

Mediante engaños de la rama colombiana de este grupo desarticulado, sus miembros convencían a las mujeres para viajar a nuestro país, donde ejercerían la prostitución en condiciones "idílicas".

Una vez reclutadas, la estructura española gestionaba todo lo necesario para su traslado y entrada en territorio nacional como pasajes de avión, dinero en efectivo o reservas de hotel.

En el aeropuerto de Barajas obtenían una tarjeta telefónica y recibían seguidamente las oportunas indicaciones para llegar hasta la estación de tren de Santa Ana, en la localidad malagueña de Antequera. Desde allí eran llevadas al burdel.

La realidad: jornadas interminables y amenazadas

Una vez en el club de alterne, las mujeres conocían cuál era el montante real de su deuda con el grupo criminal, incrementada de manera "desproporcionada" con conceptos ficticios, según la investigación.

En condiciones infrahumanas, abusivas, gravosas y restrictivas de derechos, las víctimas eran forzadas a prostituirse en jornadas interminables. Sin ni siquiera importar que estuviesen enfermas o con el ciclo de menstruación.

Además, eran aleccionadas para ofrecer a los clientes sustancias estupefacientes y potenciadores sexuales, fomentando su consumo a cambio de una contraprestación. Sin contratos de trabajo, recibían amenazas constantes también generando miedo por represalias a sus familiares en Colombia.

Los agentes localizaron inicialmente en octubre del 2024 a dos de las mujeres explotadas y después se llevó a cabo el operativo que desmanteló la organización. Se bloquearon cuentas bancarias y bienes por valor de 2,3 millones de euros.

También se intervinieron tres vehículos y 133.482 euros en efectivo. Hallaron una pistola en casa del líder de la trama, un puño americano, una defensa extensible y diversa documentación acreditativa vinculada a los delitos. Por ejemplo, una libreta donde apuntaban las deudas de las víctimas.

Para dos de los principales investigados, la autoridad judicial decretó ya su ingreso en prisión provisional sin fianza por los hechos.

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