Robos

Roban 18.000 euros y joyas a una mujer de 70 años en Huelva mediante sumisión química: “Mi madre perdió la voluntad”

Imagen de archivo. PEXELS
  • La familia de una mujer de 70 años de Huelva sospecha que fue drogada para robarle hasta 18.000 euros en efectivo y varias joyas

  • La víctima, que durante toda una mañana obedeció a los ladrones, no recuerda lo sucedido y cree que todo formaba parte de un sueño

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HuelvaAna, de 70 años, salió de su casa de Huelva capital sobre las 9 de la mañana. Nunca habría sospechado que estaba a punto de vivir la peor de sus pesadillas: ser víctima de un robo bajo los efectos de alguna sustancia química, o al menos eso es lo que cree su familia.

Aquel lunes 25 de agosto, durante su paseo habitual, fue abordada por un hombre con la excusa de mostrarle un cupón. “Ella se apartó inmediatamente porque es muy miedosa y desconfiada”, relata su hija, que también se llama Ana. Poco después apareció otra mujer, cómplice del primero, que le echó la mano por encima y, según la familia, “creemos que le acercó algún pañuelo a la nariz y a la boca”. Desde entonces, la víctima perdió la capacidad de decidir por sí misma: “Mi madre no perdió la conciencia, perdió la voluntad”, explica su hija.

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Un robo orquestado sin tener que forzar la víctima

Si a todo. Esa fue la actitud de esta víctima, mayor y vulnerable, que empezó a seguir al pie de la letra todo lo que le ordenaban sus captores. "Mi madre actuaba como si fueran amigos suyos de toda la vida". De esta forma se subió a un vehículo y condujo a "los malos" hasta su propia casa. Ella misma abrió su puerta, ella misma ofreció su tarjeta de crédito a la mujer que la acompañaba, y ella misma indicó dónde estaba la caja fuerte.

En ese momento hubo algo con lo que no pudo contentar a sus verdugos, porque no recordaba el número secreto de esa caja fuerte. "Me llamó por teléfono pero no se lo cogí y entonces llamó a mi marido para preguntarle por la clave, él notó algo raro y no se lo dio". La atracadora obligó a su víctima a colgar al escuchar las sospechas al otro lado del móvil.

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Camino a un cajero

El periplo continúa sin el botín que buscaban en la casa pero con una valiosa tarjeta de crédito entre manos que escondía los ahorros de toda la vida. "Imaginamos que ella contaría cuánto dinero guardaba en su cuenta", sospecha la hija. Porque tenían clarísimo el dinero que la anciana debía sacar del banco: 15.000 euros.

Como si de una acción normal se tratara, la víctima acude a un cajero, pero la ingente cantidad que solicitaba la obligó a tener que pedirlo en ventanilla. Entra sola, de manera aparentemente voluntaria, y pide la retirada del efectivo. En una primera sucursal no se lo conceden por no disponen de él, pero en una segunda consigue retirar, con sus propias manos, 3.000 euros; y en una última le dan 15.000. Un robo limpio de 18.000 euros que no levantó sospechas.

"No entiendo cómo nadie se extrañó de que una mujer mayor fuese sola al banco, a varias sucursales, con una diferencia de pocos minutos y para retirar tanto dinero", lamenta la familia. Pero así fue, nadie puso en duda la intención de una señora que pedía dinero para ir al dentista.

Un bocadillo, una caja fuerte destrozada y un robo sin resolver

En un último giro, los ladrones y estafadores pidieron a la buena mujer que se bajara del coche en un mercado con la excusa de comprar un bocadillo para ellos, pero en realidad aprovecharon ese momento para huir. Cuando Ana salió, bocata en mano, ya no estaban.

Mientras tanto, la familia, preocupada por la extraña llamada que había realizado momentos antes, acudió a la vivienda. Allí todo parecía normal, hasta que descubrieron que la caja fuerte estaba destrozada y que faltaban varias joyas de gran valor sentimental. "Alguna tercera persona le habría quitado las llaves y entraría mientras los demás estaban de banco en banco", creen.

Desesperados y asustados buscan a Ana, que apareció sana y salva, minutos después, y preocupada porque su amigo tenía hambre y ella no había podido entregarle su bocadillo. Unos días después, la víctima, sigue pensando que todo aquello había sido un sueño.