Un grupo de padres en Sevilla se une para retrasar el primer móvil de sus hijos hasta los 14 años: "No tienen madurez para determinados contenidos"
Un grupo de familias de Sevilla se compromete a no entregar teléfonos móviles con internet a sus hijos antes de los 14 años, buscando proteger su salud mental
La iniciativa, impulsada por padres del colegio Sagrado Corazón y el pediatra Francisco de la Cerda, promueve un compromiso colectivo
SevillaUn grupo de familias de Sevilla ha impulsado una iniciativa pionera para retrasar la entrega del primer teléfono móvil con acceso libre a internet a sus hijos, con el objetivo de proteger su salud mental y favorecer un desarrollo más equilibrado durante la infancia y la primera adolescencia. La propuesta surge entre padres de alumnos del colegio Sagrado Corazón de Sevilla, aunque la institución no participa oficialmente en la campaña.
El proyecto ha sido liderado por Francisco de la Cerda, pediatra del Hospital Universitario Virgen del Rocío. Según explica, la idea es fijar una edad común para todos los participantes y que cada familia se comprometa a no facilitar un smartphone hasta que los hijos alcancen los 14 años. "La intención es fijar una edad y firmar una especie de acuerdo en el que los padres se comprometan a no comprar un móvil a sus hijos. No queremos demonizar el teléfono, pero ahora mismo no tienen madurez para enfrentarse a determinados contenidos", asegura.
La iniciativa se materializa en un documento voluntario, denominado "Compromiso familiar para retrasar el primer teléfono móvil", que recoge los riesgos asociados al uso temprano e intensivo del móvil con acceso a internet. Entre estos riesgos, los padres destacan los problemas de salud mental, como el aumento de la ansiedad, la depresión, la baja autoestima y un mayor riesgo de adicción digital.
También alertan sobre alteraciones del sueño, ya que la exposición a pantallas, especialmente en horario nocturno, puede reducir la calidad y cantidad del descanso. Asimismo, señalan la exposición a riesgos online, como el ciberacoso, el acceso a contenidos inadecuados, los contactos con desconocidos o la adopción de conductas de riesgo. Finalmente, el documento subraya que el uso prematuro de smartphones puede interferir en el desarrollo social y académico, provocando la pérdida de capacidad de concentración, una menor interacción cara a cara y la disminución del rendimiento escolar.
Una decisión común para facilitar la práctica
Conscientes de estos riesgos, los padres buscan que el compromiso colectivo facilite la educación en un uso responsable de la tecnología. La experiencia demuestra que cuando las familias avanzan unidas, los niños sienten menos presión social y resulta más sencillo retrasar el acceso al móvil sin que se genere sensación de desventaja respecto a sus compañeros. Por eso, el documento enfatiza la importancia de compartir recursos, información y apoyo mutuo entre familias para que la iniciativa tenga continuidad y éxito, revisando periódicamente el compromiso y adaptándolo a las necesidades que surjan a lo largo del curso escolar.
De la Cerda señala que existen alternativas para mantener la comunicación con los menores sin exponerlos a los riesgos de internet. Entre ellas, cita los teléfonos básicos y los relojes inteligentes con función de llamada, que permiten localizar a los niños si es necesario, o dispositivos supervisados como ordenadores familiares o tablets con control parental. La idea es que los menores puedan mantenerse conectados de manera segura mientras desarrollan la madurez suficiente para gestionar aplicaciones de mensajería y redes sociales de forma responsable.
La iniciativa ha tenido una respuesta inmediata y en apenas 24 horas, más de 70 padres, incluso de otros colegios, se sumaron al compromiso. De la Cerda explica que uno de los objetivos principales es que los niños no sientan presión por tener un móvil porque todos sus amigos estén igual: "Nos hacemos fuertes los unos con los otros. Si los amigos no tienen móvil, ellos tampoco lo echarán de menos ni lo pedirán, y así hasta que tengan la madurez suficiente".
Un regalo estrella a edades muy tempranas
El pediatra también señala que cada vez es más habitual que los niños reciban su primer teléfono a edades muy tempranas, como durante la Primera Comunión, a los 9 o 10 años, sin tener la capacidad para gestionar de forma segura aplicaciones de mensajería que pueden ser peligrosas. Por ello, fijar una edad límite y generar un compromiso colectivo permite a los padres actuar con seguridad y evitar que los menores reciban un móvil antes de estar preparados.
El documento firmado por las familias del Sagrado Corazón de Sevilla refleja la intención de proteger a los hijos durante la infancia y la primera adolescencia, fomentando un desarrollo más equilibrado y saludable. No se trata de prohibir el uso de la tecnología ni demonizar el teléfono móvil, sino de educar a los menores en su uso responsable y de garantizar que accedan a internet solo cuando cuenten con la madurez necesaria para enfrentarse a los contenidos y situaciones que ofrece.
Francisco de la Cerda considera que este tipo de compromisos colectivos son clave para proteger la salud mental, emocional y social de los menores, y para enseñarles a enfrentarse a la tecnología de manera segura. Además, asegura que la unión entre familias refuerza el mensaje, facilita la educación digital y ayuda a que los niños comprendan que no tener un móvil hasta los 14 años no les coloca en desventaja respecto a sus compañeros.
Así, un grupo de padres sevillanos se convierte en pionero en una estrategia preventiva que busca equilibrar la exposición de los menores a la tecnología, promoviendo hábitos digitales responsables y protegiendo su bienestar emocional.