La historia de Jaime: toda una vida de dedicación en el 061 y un regreso al trabajo que pone en riesgo su salud
Jaime Castro, técnico del 061 en Sevilla desde 1999, deberá reincorporarse a una unidad de emergencias con una alta actividad física pese a sufrir una lesión crónica
El sindicato CC.OO. denuncia que la situación de Jaime no es aislada, mientras el 061 asegura que ha seguido todos los procedimientos establecidos
SevillaJaime Castro lleva más de dos décadas dedicadas a salvar vidas en Sevilla. Desde 1999 trabaja como técnico de emergencias sanitarias en el 061, un empleo que exige alerta constante y decisiones rápidas en situaciones críticas. "No solo conduzco ambulancias", explica. "Monitorizamos a los pacientes, organizamos los rescates y evacuaciones; muchas veces tomamos decisiones que marcan la diferencia entre la vida y la muerte". Cada minuto cuenta, cada movimiento está medido, y la presión ha formado siempre parte de su día a día.
Pero esa misma dedicación, años de esfuerzo físico y noches de tensión, le han pasado factura. En 2022, durante la reanimación de una joven de 29 años en el municipio sevillano de la Algaba, permaneció más de una hora y media de rodillas, realizando maniobras intensas para mantenerla con vida. Lo que parecía un esfuerzo puntual derivó en un dolor creciente que no cesaba y que le impedía realizar su trabajo como hasta ahora lo venía haciendo.
Se enfrentó entonces a meses muy complicados. Trabajar le suponía mucho sufrimiento y dolor mientras que no daban con lo que exactamente le pasaba. Hicieron falta múltiples pruebas, "hasta 17 radiografías me hicieron" para confirmar que sufría una fractura de estrés en el segundo metatarsiano. Un diagnóstico inesperado que con el tiempo evolucionó a un dedo flotante, limitando así su movilidad y dificultando su capacidad de cargar peso, y lo más importante y duro a la vez, de conducir.
Una puesto de trabajo adaptado
Tras esta odisea, durante un año, la empresa permitió que Jaime trabajara en una unidad de soporte vital básico, una adaptación que reducía la exigencia física de su puesto y que le permitió seguir trabajando sin recurrir a medicación para el dolor o la ansiedad. "En esa unidad pude mantener mi vida con normalidad y continuar aportando a los pacientes sin arriesgarme", dice.
Pero ahora esta adaptación ha sido retirada, y Jaime se ve obligado a incorporarse a una unidad del 061 en Arahal, otro municipio de Sevilla considerado de baja actividad según la empresa. "No puedo sobrecargar el pie. Me piden reincorporarme a un puesto que no es compatible con mi dolencia. Quiero trabajar, pero no puedo desempeñar un equipo de emergencias en estas condiciones", explica.
La situación ha contado con el seguimiento de CC.OO Sevilla. Esther Roca, delegada sindical, asegura que la retirada del puesto adaptado no es un caso aislado y que refleja un patrón preocupante: "Conseguimos que tras el accidente laboral se le modificara el puesto, pero ahora se lo quitan. Creemos que es una persecución injusta. No hay esfuerzo por buscarle otra solución; se le está dejando en una situación de indefensión", denuncia.
Una base con menor carga asistencial
El Centro de Emergencias Sanitarias 061 sostiene que ha seguido todos los procedimientos establecidos y que Jaime actualmente está destinado en una base con menor carga asistencial, según consideran. Sin embargo, Jaime asegura que no existe documentación que refleje que el puesto sea compatible con su lesión ni con su tratamiento actual.
Tras años de trabajo intenso, viviendo en alerta permanente, se enfrenta ahora a la incertidumbre sobre la capacidad de desempeñar sus funciones sin comprometer su salud. Asegura que quiere trabajar, "aunque hay quien piensa que solo busco una incapacidad", lamenta. Porque esta situación está afectándole a él y a todo su entorno.
Una vocación que ahora mismo no es compatible con su situación según cuenta Jaime, que oficialmente ya ha sido dado de alta y a la espera de que toda la burocracia esté en orden. Si todo sigue igual la próxima semana empezará en su nuevo destino, para el que no se siente preparado en absoluto.