El retrato gigante del patriarca 'Tío Bastián': un homenaje a la comunidad gitana en Barcelona
Sebastián Fernández aparece con una vara por su reconocimiento dentro de la comunidad y un gallo como "figura controvertida" de Occidente
Teo Vázquez es el artista de una obra que se puede apreciar en una de las fachadas de la Rambla hasta finales de enero
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La Rambla de Barcelona cuenta en una de sus fachadas con un mural gigante del patriarca gitano Sebastián Fernández Cortés, el ‘Tío Bastián’, sosteniendo una vara con su mano izquierda y un gallo en su brazo derecho.
Este mural fotográfico es una creación del fotógrafo y artista plástico gaditano Teo Vázquez, residente en Cataluña desde hace 20 años. Una obra que forma parte de la exposición 'La posibilidad de no haber sido. Siete interferencias decoloniales'.
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La muestra parte de la pregunta ¿qué pasaría si Europa nunca hubiera existido?. Un diálogo abierto en el que el trabajo artístico se presenta "como cura" ante la crisis mundial del planeta, "siendo el principal responsable el capitalismo global ejercido desde los centros hegemónicos".
Por ello, el fotógrafo considera necesario recoger las memorias del pasado y de un presente "que se desmorona". Así, el 'Tío Bastián' ocupará hasta el próximo 31 de enero uno de los muros exteriores de la fachada principal del Centro de Arte Santa Mònica.
En el gran mural aparece el patriarca gitano, sosteniendo una vara con su mano izquierda, coronada con una cabeza de un caballo tallado en oro, como representación del reconocimiento dentro de la comunidad, mientras que aguanta con su brazo derecho un gallo, una figura "controvertida en el amplio espectro iconográfico y simbólico en Occidente".
Resistencia de una comunidad
"Es la imagen del poder y resistencia de un pueblo transportador de una dimensión de conocimiento invisibilizado", ha explicado el artista sobre una obra que "plantea relevar la experiencia de las resistencias del pueblo gitano o romaní, cómo son identificados en todo el mundo".
Al fotógrafo le sorprendió al llegar a Barcelona cómo los gitanos "habían sido reunidos en un mismo espacio, sin tener en cuenta sus diferentes comunidades y sus especificidades culturales".
Este encuentro le abrió un mundo de conocimiento, que le conecta con su experiencia de niñez en Cádiz. A partir de ahí empezó a fotografiar barrios como La Mina, La catalana y el barrio de San Roque, que es el barrio donde reside en la actualidad. “Cada día me tropiezo con gallos en la calle, hogueras y demás celebraciones y costumbres de sus vecinos, el pueblo gitano", culmina.
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