La condición indispensable del legado de Antoni: el sastre que dejó toda su herencia al instituto de su pueblo de Girona

GironaLa herencia de un vecino de Sant Hilari Sacalm (Girona) ha sorprendido a los propios vecinos del pueblo catalán, donde Antoni Rossell decidió dejar todo su patrimonio al único instituto de la localidad para que los jóvenes puedan seguir estudiando y tengan una oportunidad que él mismo no pudo disfrutar de joven.

"Como tenía muy claro que no había podido estudiar, quiso contribuir con todo el dinero que dejó a que los chicos del pueblo no tuviesen dicha dificultad", explica a Informativos Telecinco Judit Rossell, sobrina de Antoni y albacea de un testamento que se ha convertido en un legado en forma de cuatro becas anuales de 5.000 euros, cada una de ellas, para premiar la excelencia y las tres mejores notas de catalán de los alumnos de segundo de Bachillerato.

Antoni Rossell nació en plena posguerra y a los 12 años empezó a trabajar en un taller de sastrería. Un oficio que le llevaría hasta Barcelona, donde trabajó durante muchos años en grandes talleres de la capital catalana para acabar construyendo con 29 años su empresa de sastrería en Arenys de Mar, donde vivían sus padres.

El último acto en vida

"Trabajaba para grandes marcas de Barcelona y París. Sin quererlo forzó una gran carrera como sastre", destaca su sobrina Judit sobre la vida de Antoni, quien volvió tras jubilarse a Sant Hilari, donde falleció el pasado mes de enero con 88 años. Una pérdida que no será en vano en la localidad catalana y que se convirtió en su último acto en vida, que llevaba años pensando.

"A mí me llamó hace ocho años, empezamos a hablar de este tema. Lo tenía muy claro y quería que se dejase en testamento. Dijo como quería que todo fuese. El importe y número de las becas, fueron cuatro. Una de la mejor excelencia académica y tres de las mejores notas de catalán tanto en lengua como literatura", afirma Judit Rossell.

Entre las becas, Antoni decidió dar importancia al dominio del catalán: "Era muy consciente que se estaba perdiendo a nivel social, si bien en un principio eran dos becas de excelencia académica y dos de catalán, en los últimos tiempos quiso cambiarlo".

Patrimonio al único instituto del pueblo

Así, cedió todo su patrimonio al único instituto del pueblo: "Él no tenía hijos, pero sí muchos sobrinos y tenía claro que iba a destinarlo todo generosamente a este instituto". Ahora, estas becas estarán disponible para aquellos alumnos, salvo con una condición indispensable.

"Los alumnos deben acreditar que van a continuar cursando estudios pasado el bachillerato, no es suficiente tener la mejor nota. Hubo una gran revolución entre el alumnado, es una beca importante y se acogió con mucha alegría. Es un orgullo, honor y felicidad. Un gran ejemplo de humanismo. Su preocupación era que nadie se quedase sin estudiar", culmina Judit sobre unas becas que dan para "muchos" años.

Un incentivo para dar oportunidades a los jóvenes

Para Jordi Rotllant, alcalde Sant Hilari Sacalm, la herencia fue una grata sorpresa para la localidad catalana. "Es un orgullo saber que hay vecinos con esta sensibilidad. Todos los incentivos son buenos, aunque a veces tengan que afrontar competitividad y además en un instituto pequeño con una sola línea de bachillerato, pero da oportunidad a jóvenes del municipio".

Un incentivo que también motiva a los alumnos al estudio. Es el caso de Adrià, alumno de bachillerato del centro que opta a la beca el próximo curso: "Es una muestra de confianza en los jóvenes del pueblo. Un gesto muy emotivo que lo tuviera claro desde hace tantos años. Ahora todo el mundo puede estudiar, pero la economía familiar a veces lo limita".

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