Una ola de calor de 50 grados: Barcelona realizará un simulacro para evaluar la respuesta en una situación extrema
El simulacro tiene como objetivo identificar los puntos débiles y desarrollar estrategias para mejorar la resiliencia
Llega la primera ola del calor del verano a la Península con temperaturas de hasta 44 grados: cuánto durará y zonas más afectadas
BarcelonaBarcelona ya ha superado el aumento de 1,5 grados de temperatura respecto a la era preindustrial y últimamente la frecuencia de las olas de calor ha pasado de una cada cuatro años, aproximadamente, a cinco oleadas entre 2022 y 2024. Una situación que ha llevado a la capital catalana a evaluar la capacidad de respuesta ante una situación extrema de temperatura como puede ser llegar a los 50 grados de calor en el futuro.
Para ello, el Ayuntamiento de Barcelona realizará un simulacro de ola de calor de 50 grados, que se realizará en dos años y permitirá identificar los puntos débiles para desarrollar estrategias para mejorar la resiliencia. "La realización de este simulacro debe contar con la participación de todos los servicios municipales y agentes externos", ha explicado el consistorio.
Esta propuesta forma parte del Plan Calor 2025-2035, que incluye medio centenar de medidas para reducir el efecto de isla de calor, mejorar el confort térmico de los edificios, proteger a las personas más vulnerables y mejorar los protocolos de emergencias, entre otros.
Actualmente, la temperatura media de Barcelona es tres grados mayor que la de fuera de la ciudad, con picos de hasta siete u ocho grados más. Por ello, el Plan Calor prevé diversas acciones para mejorar la resiliencia del espacio público como el incremento del verde y ampliación de la red freática para garantizar su riego, con 160 hectáreas más en 2030 respecto a 2015; o un programa de sombras con el objetivo de llegar a nueve hectáreas.
Proteger a niños, mayores y personas con enfermedades crónicas
En 2023 murieron en la ciudad unas 300 personas por causas directamente relacionadas con el calor. Los colectivos vulnerables tienen mayor riesgo ante los efectos de las altas temperaturas.
Para cuidar a la población, especialmente de estas personas, la estrategia prevé diversas medidas como la ampliación de la red de refugios climáticos o la mejora del confort térmico de 170 centros escolares con aire acondicionado, cubiertas verdes, sombras, protocolos de ventilación o puntos de agua.
También la mejora del confort térmico de seis residencias, ampliación de los horarios de los parques y jardines, el refuerzo de los puntos de asesoramiento energético y los programas de atención a las personas más vulnerables como radares o la teleasistencia y la formación de los cuidadores de los servicios de atención domiciliaria.
El Plan Calor tiene un presupuesto inicial de 111,6 millones de euros, se desplegará hasta el año 2035 y se revisará cada cinco años y un seguimiento interdepartamental basado en los indicadores de salud, la cobertura verde y el confort térmico, entre otros.
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