El secreto mejor guardado del Cap de Creu, en Girona; la última cala natural que enamoró a Dali
Esta famosa cala es una de las últimas joyas que quedan en uno de los parques naturales más salvajes de la península ibérica
Las calas del Cap de Creus, un paraíso en Girona con restricciones al tráfico: evitan su masificación en verano
El municipio gerundense de Cadaqués esconde en su costa una de las últimas joyas naturales que aún quedan en el litoral mediterráneo. Situada a ocho kilómetros del caso urbano de este municipio al que el genio de Dalí estuvo muy vinculado junto a su esposa Gala, es una zona protegida incluida en el Cap de Creus, uno de los parques naturales más salvajes de la península ibérica.
El acceso a esta cala no es fácil ni inmediato: tras dejar el coche en un aparcamiento regulado en Pla de Tudela, donde se paga una pequeña tasa de 5 euros (conviene llegar temprano en verano), comienza una caminata de unos 30 minutos. El camino serpentea entre acantilados, pinares y formaciones rocosas que parecen esculturas naturales, moldeadas por el viento y el mar, creando un paisaje casi surrealista que prepara al visitante para lo que está por venir.
Un espacio único en el Cap de Creus
Nada más llegar nos encontramos con este maravilloso espacio natural conocido como Cala Culip en el que destaca su esencia salvaje y su tranquilidad absoluta. Con solo 15 metros de arena delimitados por rocas y cantos rodados, sus aguas cristalinas invitan a un baño en calma lejos del bullicio de las playas masificadas de la Costa Brava.
Su orientación y el acceso restringido hacen que casi nunca esté llena, convirtiéndola en un refugio ideal para amantes de la naturaleza, parejas que buscan intimidad o quienes practican el nudismo en un entorno respetuoso.
El silencio en Cala Culip solo se rompe por el viento y el suave golpeteo del mar contra las rocas, creando una atmósfera casi mística. Este entorno natural, esculpido por la tramontana, es considerado por expertos como uno de los escenarios naturales más surrealistas del mundo.
El recuerdo del genial Salvador Dalí
Pero Cala Culip no es solo naturaleza. Es también un lugar cargado de historia. Fenicios, griegos y romanos fondeaban sus embarcaciones en esta cala, y aún hoy se pueden encontrar restos de naves antiguas en su fondo marino, convirtiéndola en un verdadero yacimiento subacuático de historia mediterránea.
Además, Cala Culip fue fuente de inspiración para Salvador Dalí, quien quedó fascinado por las rocas modeladas por el viento y el agua del Cap de Creus. Este paisaje surrealista influyó directamente en muchas de sus obras, haciendo de la cala un punto de encuentro entre naturaleza y arte.
Durante décadas, Cala Culip fue una playa privada debido a la instalación de bungalows por parte del Club Med en la zona de Pla de Tudela, lo que restringía el acceso. Afortunadamente, hoy todo el entorno está protegido, los edificios fueron desmantelados y el acceso es libre para todos, siempre con un compromiso de respeto hacia el medio ambiente.
Quienes quieran disfrutar de este maravilloso y único espacio natural en esta fecha del año, han de saber que no dispone de servicios ni sombra en la cala, por lo que se recomienda llevar calzado cómodo, agua, protección solar. También se recuerda a los visitantes la necesidad de no dejar basura ni pisar las zonas protegidas para mantener este santuario natural intacto, informa la sección ESCAPA'T del Mond.cat.