El taller de costura para personas vulnerables en Barcelona: "Hay mucha demanda y poca mano"

El taller de costura para personas vulnerables en Barcelona:. Informativos Telecinco
  • La Fundación Roure cuenta con un taller de confección: "Por ser social ni somos malos ni baratos"

  • Los cursos están dedicados a personas que "no se podían permitir el lujo de aprender la profesión de costurera"

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BarcelonaLas costureras han tejido su historia a base de aguja, hilo y mucha paciencia. Un oficio que este martes celebra su Día Mundial en reconocimiento a un trabajo invisible que se ha ido perdiendo con el tiempo y que una fundación de Barcelona ofrece la oportunidad de aprenderlo a través de un taller y cursos de confección para gente vulnerable.

Los cursos están dedicados a personas que "no se podían permitir el lujo de aprender la profesión de costurera", según explica a Informativos Telecinco Rosa Muñoz, responsable de la gestión del taller de costura de Fundación Roure que confecciona todo tipo de productos al precio de mercado.

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"Por ser social ni somos malos ni baratos. Al final son profesionales que hacen la confección y lo vendemos como uno más. Lo que ofrecemos es proximidad, un taller social en el centro de Barcelona y con inserción laboral", añade Rosa Muñoz.

"Es una profesión que está en auge, sobre todo en las ciudades"

La plantilla está formada por 12 personas y cada producto depende de la petición del cliente: "Hacemos desde 'tote bags' para trabajadores, congresos y eventos a reciclajes de toallas y sabanas de hoteles de lujo que convertimos en neceseres, bolsas para piscinas o cojines".

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Un oficio que aprenden desde cero en los cursos de esta fundación, donde las personas también hacen prácticas de 80 horas en otros talleres y les enseñan aspectos laborales de cómo preparar una entrevista o disciplina laboral.

"La costurería es una profesión muy antigua. Nuestras abuelas sabían coser, las madres más o menos y nosotros cada vez menos, pero está volviendo desde el confinamiento. A día de hoy hay mucha demanda y poca mano. Es una profesión que está en auge, sobre todo en las ciudades", añade la responsable de la gestión del taller de costura catalán.

Un espacio de oportunidades entre hilos

Un lugar donde mantiene una tradición ancestral y dan vida a la cultura textil. "La función social del curso es la inserción laboral. El 50% consigue trabajo después del curso. Hacemos solo seis alumnos por curso porque queremos tener una atención máxima en cada uno de ellos. No tiene coste para los alumnos, es financiado por la fundación", afirma Mari Carmen Moreno, responsable de producción del taller y del curso de formación.

Marie Elene es la profesora del curso de formación: "Hoy toca aprender a hacer una cremallera, se empieza con algo sencillo y poco a poco se va dificultando". Un arte que algunos alumnos quieren aprender y que Enric de la Piñiera, voluntario, comparte con las personas: "He sido sastre de oficio. Cuando me jubilé hace tres años quería hacer algo y decidí enseñar mis conocimientos a gente que de verdad lo necesita y lo agradece".

Una de estas personas es Graciela, quien forma parte del curso de sastrería: "Ya tengo conocimiento de costura, pero quiero mejorarlo aprendiendo de nuevas técnicas. Me apunté para formarme y tener la posibilidad de trabajar para una empresa. La experiencia es muy agradable, hay muy buen trato y es muy ameno, nos divertimos mucho".

Detrás de cada hilo hay una historia personal y el taller ofrece un espacio de esfuerzo, creatividad y mirada al futuro de una profesión que se adapta a las necesidades y sigue viva gracias a labores como la de la Fundación Roure con sus cursos y talleres.