Bebés

'Dits petits', sesiones de fotos que captan un recuerdo íntimo en la UCI de neonatos: "No pensaban que sus hijos fueran fotografiables"

Dits Petits', un recuerdo visual en la UCI de neonatos. Cedida
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Barcelona"Una imagen vale más que mil palabras y también es una forma de compartir lo que se vive dentro de la unidad de neonatos con el resto de la familia". Así describen Mireia y Victòria el poder que tienen las instantáneas que su entidad sin ánimo de lucro realiza en hospitales de Barcelona, donde cada foto "ayuda a establecer un vínculo" entre los bebés prematuros o con alguna complicación de salud y sus padres, que "aprenden a mirar a sus hijos de otra manera".

Las fotógrafas son las creadoras de Dits Petits (Dedos pequeños), una iniciativa de fotógrafos voluntarios que realizan sesiones de forma gratuita a bebés prematuros u hospitalizados en unidades de neonatología y pediatría desde hace una década. Un proyecto único que nació de la experiencia previa de Victòria y Mireia.

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En ambos casos, tuvieron hijos ingresados en la unidad de neonatología de diferentes hospitales de la capital catalana. "En ese momento no estás como para hacer fotos", explican en una entrevista a Informativos Telecinco sobre una experiencia marcada por el desconcierto y la angustia que con el paso del tiempo les llevó a ser conscientes del poder de la imagen, incluso en esta situación.

"A pesar de que no sean la experiencia soñada, merecen ser fotografiados"

"Ayuda a establecer el vínculo con los bebés porque en esos momentos es muy difícil tener contacto y, precisamente, en esos momentos lo necesitan más que cualquier otro para su supervivencia", admite Mireia sobre un momento en el que una sesión de fotos en el hospital también puede ayudar a las familias a salir de la rutina: "Los días son interminables cuando estás en la UCI".

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De este modo, las fotografías que realizan al bebé y a sus padres les ayuda a "normalizar" la situación y tener un recuerdo para siempre: "Las cosas no son siempre como esperábamos. Todos esos niños, a pesar de que no sean la experiencia soñada, merecen ser fotografiados".

De hecho, las instantáneas también ayudan a mostrar la realidad de las unidades de cuidados intensivos neonatales: "También hay una estigmatización de todo lo que hay es triste o muy dramático, y también hay momentos bellos", admite la fotógrafa que, a través de este proyecto, entregan recuerdos gratuitos a las familias con un bebé prematuro.

"No forzamos interacciones y respetamos la intimidad"

Los fotógrafos voluntarios que forman parte de Dits Petits acuden al centro hospitalario en cuestión cada semana o 15 días para ver la evolución del niño: "Fotografiamos lo que esté pasando allí mismo. Si el bebé está dentro de la incubadora, pues no lo tocamos. Si está piel con piel, pues somos un testigo más de lo que está pasando. No forzamos interacciones y respetamos la intimidad de un momento muy delicado".

Una experiencia en la que la labor del fotógrafo es pasar desapercibido y tratar de capturar la esencia del lugar sin entorpecer la intimidad de la familia: Para ello, ser "invisibles" dentro del hospital es esencial para capturar un recuerdo que ayude a ver la evolución del recién nacido ingresado hasta que recibe el alta.

El principal miedo de las familias es el desconocimiento antes de que sean cazados por la cámara: "Muchos nos dicen que no pensaban que sus hijos fueran fotografiables. Piensan que sus hijos no son lo suficientemente guapos o que merezca la pena recordarlos así".

"Aprenden a mirar a sus hijos de otra manera"

Una vez ven las fotografías, la percepción cambia por completo: "Lo ven desde otra óptica y entonces aprenden a mirar a sus hijos de otra manera". Sin embargo, este miedo también va más allá dependiendo de la situación de cada bebé: "Algunos piensan que su hijo no va a seguir adelante y tienen ese miedo a coger cariño y tener el vínculo, pero las fotos les ayuda a hacer conscientes de la realidad de que está ahí su hijo y a celebrar ese momento sin pensar en lo que pueda llegar a pasar".

Esta experiencia marca tanto a las familias como a los propios fotógrafos: "Muchos contactan con nosotros cuando pasa el tiempo para decirnos que estas imágenes fueron muy importantes para ellos. Eso llena muchísimo", admite Mireia sobre retratos que valen más que mil palabras. También para aquellas personas que han pasado el duelo de sus pequeños.

"Les ayudan a ver con perspectiva todo. Si no queda como un vacío a nivel de historia familiar, como si fuera algo que hay que olvidar o algo malo. En caso de duelo también es muy útil porque es la única prueba de que existieron y para ellos, incluso, aún tiene más valor", culmina la fotógrafa y artífice de un proyecto que mantiene vivo un recuerdo de un momento lleno de incógnitas.